Narrador: Ahí vemos a Martín un hombre y poeta leyendo poemas de Carlos Santibañez o quizás Ideando su nuevo poema erótico. Mientras da sorbos a su café. Él de 59 años aguantando el frío de este amanecer taciturno.
Ramiro: Mi buen amigo Martín a qué se debe sobre todo en este día nublado y triste estés fuera del tálamo o por lo menos empernado ¡he…!
Martín: Ya, Deja tu sarcasmo para otra ocasión.
Ramiro: ¿Me puedo sentar?
Martín: -no sé- Pregúntale a tus nalgas
Ramiro: Jajajaja, tú y tus bromas baratas. Ya hablando en serio qué te trae por aquí.
Martín: Ya siéntate y te digo
Ramiro: Está bien pero no te sulfures
Martín: Quería escribir, pero con este día tan jodido preferí mejor salir a leer; pero sentarme en una banca en el parque como siempre con este insoportable frío, ni madres. Mejor es este café y aquí en este lugar agradable –no crees- ¿a dónde vas?
Ramiro: Salgo un momento a fumar, ¿me acompañas?
Martín: No gracia, ya no fumo.
Ramiro: Qué, qué, que… cómo dijiste
Martín: No mames sí me escuchaste.
Mesera: Su café Señor
Ramiro: Gracias
Mesera: ¿Y usted quiere más café?
Martín: Estoy bien señorita, ya llevo dos y es mi límite.
Ramiro: Sabes qué, Regreso el cigarro a la cajetilla y empiezo con el café no se vaya a enfriar. Además, me da gusto tu decisión de dejar de fumar. -Lo bueno es que te queda la esperanza de tu amor-
Martín: Pues ni eso. Hace tres meses que decidí cortar por lo sano.
Ramiro: Caray amigo. Ya tiempo atrás dejaste de tomar, ahora ya no fumas y para colmo sin Vieja…, con tanto solitario te van a salir pelos en la mano. Un hombre sin vicios es como un libro sin hojas.
Martín: Déjate de pendejadas. Mira con tanta plática el tiempo se fue volando, y ya tengo que Irme. Señorita por favor mi cuenta.
Mesera: Aquí tiene Don Martin y no nos abandone tanto, aquí lo esperamos.
Martín: SÏ gracias. Nos vemos Ramiro-
Ramiro: Adiós amigo
Narrador: Después de dejar el importe de los cafés y la propina en la mano de la mesera salió de la cafetería Martín alejándose del mismo. Mientras tanto Ramiro se quedaba inquieto, no sabía qué hacer o a quien acudir. La mañana ya concluía, apena si se percibían algunos rayos de sol del medio día que ya se avecinaba. Lo único que se le ocurrió fue hablarle a Rocío amiga de ambos.
Pero para su mala suerte le llamó en mal momento. Asimismo, extrajo su celular de su bolsillo y le marcó. Entraba la llamada con una canción que cantaba José José.
Rocío: … Ya lo pasado –pasado-
Ramiro: Contesta carajo es urgente
Rocío: Buenooo. Ha, ha. Ramiro estoy en una consulta saca cita con mi secretaria para el jueves. Y aventó el celular. La tenía desnuda y en 4 uno de sus pacientes. Sígale no se detenga.
Paciente: ¿Está segura que con esto la eyaculación precoz ya no me causará desgano doctora?
Rocío:¿Quién es la doctora usted o yo…?
Paciente: Usted
Rocío: Entonces sígale no se detenga.
Ramiro: Ummmmm. Se me figuró o escuché gemir a Rocío. En fin hablaré al consultorio.
Así sin pensarlo mucho, buscó en contactos el teléfono del consultorio de Rocío.
Secretaria: riiing, riiiiiing. Bueno consultorio de la Sexóloga Rocío.
Ramiro: Buenas tardes señorita, sería tan gentil de ver si puedo sacar una cita para el próximo jueves con la Sexóloga Rocío.
Secretaria: Mire por el momento sólo tengo para el miércoles a las 10 de la mañana o el viernes a las 17 horas.
Ramiro: Entonces el viernes.
Secretaria: Su nombre por favor
Ramiro: Ramiro
Secretaria: Y su apellido
Ramiro: Ramiro a secas señorita Rocío me conoce.
Secretaria: Está bien lo esperamos el viernes a las 5 de la tarde.
Ramiro: Gracias muy amable
Narrador: Después de abandonar el café Ramiro, encendió aquél cigarrillo que quedó pendiente cuando platicaba con Martín, mientras esos dos días de la susodicha cita se avecinaba. Así ya en el consultorio.
Secretaria: Pues sí te digo amor ¿puedes creerlo? (ella colgada del teléfono) claro qué tú no tienes la culpa, es de tu Madre que es muy metiche.
Ramiro: Señorita tengo cita
Secretaria: No, si no la estoy insultando, estoy afirmando su proceder.
Ramiro: (Ya molesto) Señorita puede colgar ese maldito teléfono.
Secretaria: Permíteme amor. Estoy resolviendo un asunto meramente familiar y la licenciada està con un paciente –ahora tome asiento-
Narrador: Refunfuñando se sentó Ramiro.
Secretaria: Tampoco digas eso, los niño son bien portados no son groseros ni mal educados. Es tu madre entiéndelo.
Narrador: En esos momentos él aprovechó para escabullirse al consultorio de ella, sin pensar que se Iba llevar una sorpresa. Al abrir la puerta, se quedó sin habla y la secretaria le gritó, llamándole la atención.
Ramiro: ¡Oh Dios!¡
Secretaria: Le dije que está ocupada.
Ramiro: Sí ya veo…
Narrador: Su paciente estaba recibiendo una clase oral placentera. Pero quién le manda a Ramiro, ¿qué no pudo esperar?
Secretaria: Pues sí te digo, amor. Bueno, Bueno –me colgó- Ya vio por su imprudencia no pude terminar mi conversación con mi marido.
Narrador: Después de la, larga espera, por fin salió aquel paciente del consultorio.
Rocío: No se olvide lo espero el sábado para que su desahogo sea delicioso, (ella le guiñó un ojo y el paciente asintió con la cabeza) ¿Quién sigue?
Secretaria: El Señor Ramiro.
Rocío: Ramiro, cómo estás pásate -ella se acercó para darle un beso en la mejilla para saludarlo-
Ramiro: (Él lo rechazó diciendo) A mí sin beso gracias.
Rocío: Pues bien qué me cuentas. O cuál es tu aflicción. Tienes problemas de erección, eyaculación precoz o cuéntame cuál es tu problema sexual.
Ramiro: Yo no soy el paciente
Rocío: Mira si sólo viniste a saludar o platicar, no es el lugar preciso yo tengo personas que Atender. Para esto nos hubiéramos visto en otra parte. Quizás en un restaurant como el
TOXS o el VIPS u otro lado.
Ramiro: Digo que no soy el paciente, ya que el que me preocupa es Martín esta última vez que lo vi le noté triste y desencajado. Algo le apremia y no fue sincero conmigo.
Rocío: Y yo cómo lo puedo ayudar yo soy sexóloga no psicóloga.
Ramiro: Más a mi favor sobre todo ahora que está sin pareja.
Rocío: Y eso qué (con un además de su mano derecha ella insinuó, con una risa burlona) él ya sabe qué hacer en caso de emergencia. Además, no creo prudente nos veamos en el consultorio. Mira cítalo en otra parte y, yo como no queriendo la cosa me presento de improviso, nos saludamos y platicamos así lo puedo observar; ¿qué te parece?
Ramiro: Es buena tu idea, yo sugiero en aquella cafetería la que está junto al parque que Frecuentábamos de niños. Mañana a las 10; ahorita mismo le llamo.
Rocío: Espera verifico mi agenda, (le llamó a su secretaria por el interfono) Anabel a qué horas tengo programadas mis citas mañana.
Secretaria: A partir de las 17 horas Licenciada.
Rocío: Gracias. Háblale y cítalo para desayunar.
Narrador: Mientras Ramiro hablaba con Martín por su celular para quedar de acuerdo de verse el sábado para desayunar,que por cierto no tuvo problema alguno; se retiraba entonces haciéndole una seña a Rocío afirmándole que a las 10 se verían mañana. Él salió aun hablando por teléfono con Martín, mientras una Señora ya tirándole a los
40 entraba al consultorio.
Ramiro: MI querido poeta llegaste temprano.
Martín: Si me disculpo por ello. Inclusive ya ordené.
Mesera: Aquí están sus enchiladas suizas, jugo de zanahoria y su coca cola sin azúcar. ¿Y usted va ordenar? –Sí tráigame lo mismo que a Martín.
Ramiro: ¿Y cómo has estado cuéntame? Sigues escribiendo poesía.
Martín: Por el momento escribo una obra de Teatro. La primera, por cierto.
Ramiro: Y qué tal
Martín: Un tanto tediosa y complicada. Hablo de mi vida con un toque de ficción. Sabes que las fábulas no se me dan, lo que escribo lo he vivido. En fin qué te puedo decir, tú mejor que nadie me conoce.
Narrador: Así la plática se prolongó por casi 45 minutos. Ya había terminado de deglutir sus alimentos Martín y Ramiro estaba ya dejando su plato limpio. Pero Rocío no Aparecía, tan es así que Ramiro llegó a pensar que Rocío los había dejado Plantados. Estaba a punto de pedir la cuenta; cuándo en eso arribaba Rocío a la cafetería. ¡Mira quién va entrando exclamó Ramiro! Asimismo, le gritó levantando la mano izquierda, Rocío cómo estás. Ella les miró y se aproximó a su mesa.
Rocío: Hola muchachos cómo están. Les encargo mi bolso, sólo pasaba al tocador. -sí claro respondieron al unísonoal retornar del mismo Perdón no me tardé mucho, los acompaño sólo un momento. Martín que guapo vienes.
Martín: Ni la burla perdonas, Rocío.
Ramiro: Los dejo un momento, voy a fumar y ya saben no se puede en lugares cerrados.
Rocío: Pues bien, Martín cuéntame qué es de tu vida. Te noto un triste y demacrado.
Martín: Quizás sea por mi enfermedad y la soledad que me acoge.
Rocío: Sabes tengo prisa, cuídate saliendo me despido de Ramiro y para que hablemos de tus problemas este no es el sitio, te espero en mi consultorio el lunes a las 11.
RECESO… las luces se apagan en el escenario y se encienden las del público para que salgan a fumar o estirar las piernas y tomar café. Para regresar a ocupar sus lugares después de la tercera llamada. ¡COMENZAMOS!
Narrador: La mañana estaba declinando. Regresaba al lado de Martín Ramiro, después de cambiar impresiones con Rocío.
Martín: Al verle llegar le expresó -deja le llamo a la mesera-. Señorita la cuenta por favor.
Ramiro: ¿A dónde vas ahorita?
Martín: Ya pareces mi Papá, voy a casa a descansar. Mañana tengo cosas qué hacer.
Ramiro: Disculpa no quise ser inoportuno, nos vemos en la semana …se quedó pensando (no sé qué le sucede de todo se encabrona).
Narrador: En cuánto entró Ramiro a su casa. Recibió una llamada de importancia. Donde le confirmaban que la Sala Manuel M. Ponce, de Bellas Artes estaba libre para finales del mes en curso. Fue tal su alegría, que comenzó hacer llamadas para enterar de la presentación de los poemarios de Martín y aprovechar para hacerle un merecido homenaje a sus XCIX AÑOS de Trayectoria. Por último, le habló a Rocío. Por ende, a Martín a este último sin excito. Por consecuencia no le pudo avisar, y él no se enteró.
Ramiro: Amigo contesta esto es importante.
Martín: “Estaba en brazos de Morfeo” y entre sueños escuchaba sonar su celular. Qué vientecito no voy a contestar ¡carajo…! Expresó y se tapó la cara con la cobija.
Narrador: Pasó el domingo desapercibido para Martín y un tanto agitado para Ramiro. Al fin de cuentas para él estaba ya, todo listo para ese próximo 31 de octubre a las catorce horas Por otro lado Rocío estaba intimidada por no saber cómo manejar el asunto que le acogía, la enfermedad que por el momento ignoraba de Martín. Mientras él en casa aguardaba que llegase la hora para encontrarse con Rocío.
Martín: Son las 10 y media, apenas tengo tiempo de llegar al consultorio de Rocío.
Secretaria: (Como siempre colgada al teléfono) Lo sé Samantha, pero no tengo idea, del porqué me quieren colgar ese milagrito. Además, yo sólo estuve un rato en ese antro; Mira tengo que colgar, hay muchos pacientes y la Licenciada me está llamando, adiós… dígame Licenciada –ya llegó el Señor Martín- Sí, -hágalo pasar-
Secretaria: Señor Martín la doctora lo espera puede pasar,
Martín: Gracias, ya era hora.
Rocío: Hola Martín adelante, Toma asiento, la verdad no sé por dónde empezar. Qué tal si tú tomas la iniciativa y me platicas tus contrariedades, si te masturbas, o si tienes
disfunción eréctil o cualquier problema de índole sexual. Y de tu enfermedad que me comentabas hace unos días.
Martín: Hay veces que si me satisfago sobre todo ahora que estoy sin pareja. Y no sé a qué se debe el problema para que mi –éste- se mantenga erecto dicen que la causante es
la diabetes, la enfermedad que me detectaron hace 2 años y medio. La cuál me ha contrariado y me tiene sin vida desde hace tiempo. Quizás te estoy aburriendo.
Rocío: No…no. Continúa. Para eso estoy para escucharte.
Martín: Pues bien, te decía, mi vida no ha sido fácil, desde que vivía la madre de mis hijos; siempre busqué a otras que me satisficieran, no me sentía a gusto en casa. Después cuando enviudé le di vuelo a la hilacha, entre Tables y centros de masaje y el desmadre con amigos en algunos bares. No me quejo ya que en ese tiempo regresé escribiendo mis nuevas experiencias al Taller de Literatura, donde fui cofundador hace unos años atrás., y mi aprendizaje literario y de redacción se amplió. Más adelante tuve algunos amoríos sin contar el último que dejé hace 3 meses por decisión mía, que no considero un devaneo porque fue un verdadero amor.
Rocío: Ummmm. Qué cursi. – Murmurò entre dientes Rocío-
Martín: (preguntó…) Què dijiste no te escuché
Rocío: No nada. ¡! Adelante.
Martín: Pues te decía, a raíz de todo lo expuesto he caído en una depresión, que quisiera Morirme. Además ni quién se acuerde de mí, en muchos países en las redes sociales y
Algunos grupos me identifican sòlo como Martìn el Bardo y nada más.
Rocío: (Estaba pensativa y para sus adentros decía) Lástima que yo no soy la indicada para decirte que en unos días vas hacer reconocido y serás agasajado en Bellas Artes.
Martín: ¿Si me estás poniendo atención Rocío te veo cómo ida?
Rocío: Sí claro sólo pensaba en lo que me has dicho.
Martín: Además no tiene sentido, voy tanto al tocador hacer pipí; por la diabetes ¡Claro! Que he me he propuesto llevar mi cama al baño. Porque ni crean que voy a usar pañal, ni voy a comprar un pato, ni bacinica. ¡! NI MADRES. Ni que estuviera tan vetarro, apenas cumplì los 59 años. Todavía las puedo, y si no a las pruebas me remito con esta pastillita azul que traigo hago maravillas.
Rocío: ¡¿Deberás!?
Martín: Rocìo por favor no estoy para bromas. Esto ya es desesperante.
Rocío: Está bien no te irrites, todo tiene remedio. Lo primero debes aceptar tu enfermedad y las consecuencias que esta trae. Llévala con calma, eres un excelente escritor. Qué mejor insignia puedes tener si no el reconocimiento de muchos países como Venezuela, Cuba, Estados Unidos, Colombia, República Dominicana, México Naturalmente y otros que te leen. También no te quedes encerrado diviértete, busca grupos de lectura. Alguien dijo – la vejez es un estado mental- No dejes que la mente te traicione, tú puedes ganarle la
partida.
Martín: ¿Ya vez? Dices alguien lo dijo. Se acordarán de uno de mis versos sólo un fragmento, pero de quién es… Es posible que expresen, quien sabe quién chingados lo dijo, pero lo dijo –solté una risa nerviosa-
Rocío: No seas tan negativo. Vive, vive, vive Como decía Sabines. Ahí está de Jaime Sabines si me acuerdo.
Narrador: Rieron juntos y terminó la terapia de amigos satisfactoriamente. Mientras tanto Ramiro apurado pues el día señalado llegó, le llamó a Rocío, para decirle que
Todo estaba ya dispuesto, y había enviado ya, invitación por face book y otras físicamente se habían entregado. Que la vería en casa de Martìn a las 14 horas ya que a las 16 horas de ese día sería la apertura al homenaje y presentación de sus poemas que fueran editados en dos libros hace poco tiempo, pero no los había presentado. -Ya en casa de Martín se llevaron un triste descalabro ante la grata noticia que pensaban darle-
Rocío y Ramiro: Ábrenos Martín, ya casi tiramos tu puerta y nos acabamos el timbre.
Rocío: Sabes qué. Ya está muy raro. Y no creo que no esté. Por aquí en mi bolso tengo una ganzúa ¡aquí está! Con esto podré abrir. Ramiro extrañado… ¡qué vamos a robar.!
Rocío: No digas pendejadas hay que entrar para ver qué sucede. Ya abrí ven acompáñame, tú revisa abajo y yo la planta alta. -en eso escuchó un grito… Ramiro subió de súbito la escalera-
Ramiro: ¿Qué pasa Rocío? Él la vio desencajada junto a Martín que estaba en un sillón de su recámara con un libro en sus manos pegado a su pecho. Ella sólo lagrimeaba.
Rocío: Balbuceo brevemente –está muerto- Pero ya sin titubeos dijo mientras se limpiaba las lagrimas. Murió como él quería –dormido sin pasar por ningún hospital-. Ahora Ramiro yo me encargaré de los preparativos para su velorio, hablaré a mi Agencia Funeraria Tres Hermanos, y a un amigo médico para que me extienda el Acta de Defunción.
Ramiro: Cabizbajo respondió. No sé si tenga fuerzas para llevar a cabo el homenaje.
Rocìo: ¡Cómo carambas no! Eso él lo hubiera querido recuerda esta frase escénica: La función debe continuar.
Narrador: Así pasaron las horas y dieron justamente las 16 horas de ese 31 de octubre. Sin embargo ni amigos ni familiares asistieron, sólo dos panelistas ya programados paran el susodicho evento. Así dieron las 17:50 hrs., algunos curiosos entraron a la sala. Así, con ese escaso público dieron inicio a ese homenaje ahora ya póstumo para el poeta y amigo. Concluyendo éste aproximadamente a las 8 de la noche.
Pero en otro lado de la Ciudad recibía Rocío condolencias de amigos y familiares de Martín aquí si concentró más público para decirle el último adiós, que cuando hacía sus presentaciones. Recuerdo a una poeta que bien dijo: En vida hermano en vida.
…. Se apagan las luces y se conjugan todos los actores para agradecer al público y así remata la obra con el aplauso de nosotros al público.