Me pregunto hasta donde han llegado mis fantasías y mis narraciones de vida, pero mis cuentos son mis elocuentes escritos. En cada uno de ellos expongo todo mi haber y un tanto a veces extrema. Pudiera ser hasta cierto punto el narrador de los mismos, no solamente de éstos qué presento, sino también de otros que ya edité en mi libro titulado “Este Libro Es Puro Cuento” dividido en tres tomos, por la Casa de Cultura El Manantial en marzo del 2017. Conformados éstos por 29 cuentos. Ahora con estos nuevos que son 9 ya conformé 38 en total. Quién sabe cuántos más escribiré mientras viva. Sí es así demos por hecho que este libro los sumará a los ya expuestos, Dejo entonces en sus manos mis cuentos para que sea un entremés de cigarro y café o de un buen vino. Sin vagabundear en la trayectoria del cuento, sólo expondré algunos puntos trascendentales al referirme a ellos: se dice que los cuentos más antiguos surgieron en Egipto en el año 2000 a. C., sin menospreciar a las fábulas (qué en los 80’s llegué a escribir algunas) de Esopo, sencillamente por su estructura moralizante y reflexiva moraleja. Pero volviendo al cuento recordemos que son narraciones, con una ficción que envuelva al lector, sobre todo que sea corta y sencilla acerca hasta cierto punto de un suceso real. Pero en honor a la verdad casi siempre es ficción quizás extraída de la realidad. Principalmente debe ser ameno y sobre todo literario (artístico) debe ser coherente y con grandes imágenes literarias en su forma escrita (Puede darse el caso de ser oral) Sin embargo después de la madre de las artes que es la poesía es el cuento, ya que se considera como la forma más antigua de la literatura popular. De hecho según historiadores nos dicen que los cuentos aparecieron a raíz de una necesidad del ser humano, con la finalidad de que el mundo supiera de su existencia. En aquél tiempo los cuentos más bien eran narrativos. Ello se sabe que nacen o se originan por el ámbito mitológico o histórico. En fin, los cuentos escritos como les presento ahora deben contar con una estructura, un argumento y unos personajes concretos.
Por ello Julio Cortázar explayó alguna vez al hablar de ellos: “No hay leyes para escribir cuentos; sólo cabe hablar de puntos de vista, ciertas constantes que le dan una estructura al género, de por sí, no susceptibles de ser encasillados”
Mini cuento narrativo {un recuerdo de vida}.
Para mis cofrades de Literatura de Petróleos Mexicanos; del Taller de Creatividad Literaria
[del cuál soy co-fundador]
Que sea cierto el ayer una vez más me asombra…
William Ospin
Anoche sobre viví al colapso de nuevas emociones con mis compañeras y compañeros, de éste amplio gremio de diferentes caracteres. Compartimos palabras nostálgicas implicadas en recuerdos con impresionante gama de sonrisas, en un ambiente cordial e inolvidable; alzamos las copas (de vino blanco o tinto) con un gran alborozo por la conclusión de este año y el principio del nuevo…- ¡ah cómo podría olvidarlo!
-Aquella voz grave de uno de los poetas, que explayaba con mucha alegría—
¡Las 12 compañeros!
Así sin menoscabo, sin tapujos, de viva voz cada quién expresaba sus impresiones del momento con remate de algunos recuerdos. Sin topar lo cursi, les diré que las lágrimas no se hicieron esperar. El culpable fue ese cúmulo de vocablos sensibles y que nos llevaremos como un expectorante para el espíritu.
Entre los abrazos, aquellos brindis se filtraban como una brisa calladamente tibia. Al margen de la nostalgia hubo un impregnan te silencio, porqué sólo faltaba un brindis… ¡Sólo faltaba un brindis! Y no precisamente como subraya el poema ‘El Brindis Del Bohemio’, “del bohemio puro de noble corazón y gran cabeza…”
Si no de otros camaradas que formaban parte primordial de esta tribu de escritores, a ellos refiero yo, que no pudieron departir con nosotros esa noche, les soy sincero desconozco las causas, de su no presencia, pero sin indagar el motivo, u la razón ellos, estuvieron presentes en los sentidos abrazos y en los pensamientos de los que compartimos esos gratos momentos; principalmente porque todos somos uno mismo.
Qué más puedo agregar, si los buenos deseos fueron cayendo uno a uno como lágrimas en las copas, que ni el tiempo con su discrepancia de la vida podrá desvanecer.
Así gracias a esa noche de euforia pude comprender o más bien me cayó el veinte, que los recuerdos que queden de aquella noche no son los minutos transcurridos si no disfrutar cada instante compartido. Por lo mismo creo y lo confirmo que el amor tiene una faceta nueva que no cambia ni se vende que es: LA AMISTAD.
Sé que este cuento es más qué eso, es una vivencia tangible, con las transitadas horas de ese ayer inmemorable. Quizás la curiosidad de alguno de nosotros le vuelva a dar lectura, removiendo entonces “las cenizas del ayer” (como dice un tango) por lo mismo será inevitable que el nudo en la garganta y una lágrima acongoje el momento de aquella noche, al revivir cada segundo de los que estuvimos en aquellos abrazos y levantamos las copas para despedir el 2008 y recibir con tanta algarabía al 2009.
Es posible, que cuando se relea este cuento de vida, se nos quiebre la voz o sencillamente titubee.
Ya que por lógica alguno de nosotros ya no estará. Pero recuerden que el que deja huella no morirá jamás, porque nosotros somos una ráfaga de luz sobre los montes.
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Invierno/2008
No sé si la viudez es un estado civil o mental, pero a mis 46 años que recién me había quedado solo; me escabullí en el encierro.
¡¿Cómo festejar mi libertad?!
Entonces recordé a Yeni una mesera de un restaurant bar cercano a mi área de trabajo. Me perdí una noche de viernes con tal de que me atendiera ella, no sabía qué pedir si una cerveza bien fría o una tradicional paloma. Para el caso era lo mismo, mi intención no era emborracharme, era verla a ella, desear esas piernas delgadas y sus senos pequeños. Aquél lugar inmerso de mesas ya con uno que otro bebiendo gritando maldiciones –pero ahí estaba yo- podría reconocer su trasero a distancia, su risa escandalosa y su voz suave. Pero en lugar de ella se aproximó a mi mesa el dueño –Jorge- quien me preguntó…
-¿Qué se le ofrece?-
Estuve a punto de decirle –quiero que me atienda Yeni- pero ¡no! Sólo inquirí -una cerveza fría-, tomó mi orden y al mismo tiempo que depositaba dos cazuelitas en la misma mesa donde yo estaba una con cacahuates y la otra con unos chicharrones, una sencilla botana. Después de un rato de escuchar canciones que expulsaba aquella rocola, que quizás algunos de los bebedores encontrados ya en el lugar continuamente escogían; gastando unas cuantas monedas, Me invadió la nostalgia y me dispuse a escribir. Fueron unas cuantas líneas para ella, un sencillo poema que aproveché a dárselo cuando le solicité la cuenta. Después sigiloso y sin mirarla me alejé del lugar.
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17/I/2016
Escribo cuentos, no porque me olvidé de mis versos.
Si no porque la vida es un cuento
un espejismo de tristeza
o a veces una realidad hecha jirones.
La verdad no lo sé. ¡Pero en estos últimos días escribo cuentos !
Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cines marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro navegando en un agua de origen y ceniza.
Pablo Neruda
[Mini cuento narrativo]
Tendría qué suceder, no hay otra manera de ver las cosas, ni otro sentido de dar inicio al día; a veces es aburrida la rutina, desde mirar el celular muy temprano, entrar en contacto con las redes sociales, y saludar (saludar) a quienes sólo conocemos por fotos; por otro lado a los que sí, de un vistazo sabemos quiénes son, ni sus luces. Después sacar la basura, una pequeña escombrada a la habitación y la cocina. El recurrente duchazo, para ya estando listo. Salir a caminar, dirigiéndome al mismo parque, o almorzar en alguno de sus aledaños restaurantes. Ese soy yo, sin tez, sin ojos, sin color de piel. Pero nunca solo, siempre acompañado de tantas nostalgias, Esperando una pequeña llovizna a pocos días de ver finalizado el mes de febrero, y respirar el aire de marzo. ¡Viudo… Y jubilado! Qué nada tiene que ver con el contexto, es sólo un preámbulo. Pero esto que a continuación diré es muy cierto: ya me pesan las uñas, mis cansados pies y mi melancolía; pero mucho menos que mis 57 años de vida.
Mucho menos que este medio día con sus veinte minutos transcurridos.
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27/II/2016
Lo haré, ¿no sé cómo no se me ocurrió antes? Observaré más de cerca a esa cucaracha, pensar que su existencia depende del peso de mi pie. Quizás nosotros los seres vivos estamos en las mismas condiciones, estamos a expensas de los fenómenos naturales. Cómo son los SISMOS, desbordamientos de los ríos y otros según la zona y estado en que vivamos. Ahora bien señores mi conferencia es precisamente encontrar entre tantas propuestas, que además debieron llevarse a cabo desde los años 50’s, no tardíamente, desde que se rompió la capa de ozono no en estos ya momentos desesperantes en que el calentamiento global nos afecta.
Perdón la interrupción Maestro. Sí dime Nirso. ¿Usted dijo lo haré? Y en ese frasco trae una cucaracha que bien entendí observa con detenimiento desde que inició su conferencia. Pero no encuentro la relación; con una risa sarcástica respondió David, cómo ven mis alumnas y alumnos que hoy me acompañan ¿Alguien puede responder a la pregunta de Nirso?
Es posible que yo Maestro, está bien escuchemos a Orlando. Él se incorporó, se alejó del grupo discente, subió al escenario y dirigiéndose al Maestro David y al público: Usted comentaba de los fenómenos naturales, que nosotros no tenemos el poder de inmovilizar sus consecuencias por así decirlo. Y el ejemplo que nos muestra es claro, nosotros somos el calentamiento global y la cucaracha la humanidad, con sólo un movimiento nuestro encima de ella concluye todo. Bravo dijo el conferencista, y todos al unísono le aplaudieron. Satisfecho retornó Orlando a su asiento. Dijo el maestro, me disculpo Nirso mi apreciada alumna por la risa de hace un rato, creí o por lo menos supuse que mi ejemplo era más que obvio. Espero que no quepa ninguna duda en ti, que te quede claro es lo importante; ella asintió con la cabeza. Continuando con el tópico, que hoy nos atañe, conocido como “Calentamiento Global” podré decirles y con cierto temor ya que todo este fenómeno está por ende derritiendo los glaciares, hay cierto y alarmante aumento en el nivel del mar; por lo mismo las selvas se secan, afectando consecuentemente a la flora y la fauna. Mi pregunta es simple, qué se está haciendo; si en honor a la verdad, mucha culpa tenemos todos, pero más los que veían venir la pedrada, y, sólo por enriquecerse callaron dejando evidentemente que este problema siguiera su curso, a sabiendas que este calentamiento viene dándose desde siglos atrás, “mediante la emisión de gases que retienen el calor” y cuál fue su finalidad, potenciar la vida futura, nuestra vida moderna. Y para qué, la tecnología inverna nuestro ambiente de gases, y lo trágico es que sus niveles son cada vez más altos.
Aquí podría concluir con el ejemplo, si nosotros somos el fenómeno llamado “Calentamiento Global” la cucaracha qué representa a la humanidad o a todo ser vivo, no tiene escapatoria. A qué hora, o día será ese trágico final o el magno terremoto que según los Sismólogos se espera, no es imposible saberlo. Puso David una mano sobre el frasco donde tenía prisionero al animal. Y con la otra dio un fuerte manotazo en el escritorio, retumbando en aquél auditorio, de aquella universidad. Entonces se produjo un silencio general, él sólo veía al público, ya tenso por el estruendo. Irrumpió entonces Margarita otra alumna, brillante por cierto, sin levantar la mano, ni pedir el permiso correspondiente. A sí, así va ser Maestro todo se acabará sin previo aviso. Es un tanto subjetivo como lo planteas Maggi (respondió David) pero según los conocedores o estudiosos de este fenómeno afirman, que éste está provocando una serie de cambios en el clima, que en muchos países, sobre todo el nuestro “México” es muy notorio. Lo sentimos en esta ola de calor insoportable. Y decía entonces, hay cambios climáticos en la tierra o patrones meteorológicos algunos dicen, a largo plazo según el lugar. Es trascendental dejar claro que esto sucede conforme la tierra gira cada día; y también por los estudios realizados se llegó a la conclusión que estos nuevos calores recogen la humedad de los océanos, aumentando aquí y asentándose allá. Por lo mismo está cambiando el ritmo climático, que todos los seres vivos de alguna manera ya nos habíamos acostumbrado.
Perdón Maestro de nuevo le interrumpo (dijo Margarita entre dientes). Pero usted entre comillas preguntaba qué se está haciendo, hasta dónde he leído, si usted me permite comentarlo; si claro continúa. Bien sacando de su bolso de mano tras de su celular, unas notas se puso de pie y le pidió al Maestro su micrófono. Él con un ademán pidió subiera al estrado, así lo hizo, abandonó su lugar y se aproximó al mismo, un tanto nerviosa, era la primera vez que se dirigía a un público desde ese lugar, siempre lo hacía desde su asiento. Tranquila le dijo David, ayudándola a subir, y dejándole el portavoz en su mano; tranquila le repitió, te escuchamos. Silencio por favor Señores, con voz serena dijo David y todos dejaron de cuchichear; supe de su magnífica conferencia y copie esto del internet, me interesó el tema y por ello busque posibles soluciones para salvar el planeta. Muy bien, será parte de la conclusión de la conferencia de hoy, entonces Margarita adelante. Comenzó a leer titubeante por sus nervios, pero se contuvo:
Todos…podremos hacer algo reducir la emisión de gases de Invernadero y las consecuencias del calentamiento global. Entre otras cosas debemos:
“adquirir productos sin empaque reciclado o reciclable. Reducir el consumo de energía eléctrica. Ocupar focos ahorradores o fluorescentes, lo mismo que el papel reciclado, limitar el consumo de agua; hacer uso eficiente del automóvil. Caminar o utilizar transporte público, sembrar árboles alrededor de la casa reduciendo con esto acondicionadores de aire. Así aprovechar la energía solar. Meta morfar envases de aluminio, plástico y vidrio lo mismo que el cartón y el papel. Asimismo se crearía conciencia en otros sobre la importancia de tomar acciones dirigidas a comprimir de alguna manera el impacto del Calentamiento Global”
Enmudeció por un momentos, así David supuso que había finalizado su lectura, bien Margarita le dijo, a tu lugar por favor, ella retornó al mismo entre los aplausos de sus compañeros y discentes de otras carreras de la Universidad. Sirvió mucho lo que nos acabas de leer, gracias por tu valiosa intervención. Se aproximó ella sudando a su asiento y aún temblorosa por el impacto al enfrentarse al público, con esos reflectores que le daban en la cara, tantas cabezas que apenas divisaban, ya que la conferencia fue en la noche. De las 19:00 horas a las 22:00 horas. Por lo mismo el auditorio estaba medio oscuras, sólo había buena luz en el estrado. Lo que la tranquilizó fue el aplauso general que iniciara Orlando poniéndose de pie, que al unísono otros le secundaron. Eso a ella le agradó. Al llegar a su lugar muchos de sus amigos la abrazaron al igual que sus amigas, felicitándola por su contribución a la misma. Bien continuemos, ya estamos a minutos para concluir. Les comento ya que su profesor, Sergio me encargó les recordara que quiere un resumen de lo que se habló hoy, el mejor le aumentara puntos para su examen final. Se escuchó un hay…, de desacuerdo general. Para ya sintetizar el fenómeno del “Calentamiento Global”, les recuerdo que a mitad de esta conferencia les hablé a grosso modo. Del (Efecto Invernal) qué es esto. O qué entendemos por efecto invernal. ¿Nadie, verdad? Bien les reitero, es el calentamiento producido por ciertos gases de la atmósfera que retienen el calor, éstos dejan pasar la luz pero mantienen el calor al igual que las paredes de cristal de un invernadero. Es sabido que la luz solar brilla en la superficie terrestre, absorbida por la misma, retornando a la tierra en forma de calor. En consecuencia los gases de invernadero retienen parte de este calor y el restante se escapa al espacio. El efecto es atroz ya que cuantos más gases de invernadero más calor es retenido. Bien Señoritas y señores, y a sus directivos y profesores gracia por permitirme dirigir esta conferencia de vital importancia y sobre todo para perseverar la existencia. Cuidemos el ambiente u lo que queda de él. Después de los aplausos, y despedirse David, Margarita y Orlandole dieron alcance, antes de que abordara su auto; -disculpe Maestro- le gritaron al unísono, él volteó de súbito y, preguntó. ¿Sí díganme qué pasa? Tenemos una duda, -por eso escucho-¡! Díganla tengo algo de prisa. Se quedaron mirándose entre ellos y Margarita irrumpió el silencio cuestionando: ¿Cuánto tiempo le queda a la humanidad? Miren hagan un hueco grande cerca del mar vacíen el agua del mismo ahí. Conjuntamente frunciendo el ceño contestaron; ¡eso es imposible! Ustedes acaban de responder no yo, buenas noches y descansen. Subió a su automóvil,un Volkswagen Golf color rojo con las molduras negras (y bien cuidado, sobre todo limpio) lo encendió y se marchó sin mirar atrás.
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8/Julio/2017
Todavía me pregunto por qué tú
-por qué tú y no yo-
Jorge Montealegre I.
Era imposible no percibir ese olor a vainilla, ese aroma tan peculiar en la biblioteca del tío. Una habitación con libreros altos, libros empolvados pero vastos, ya viejos. Desde Enciclopedias ya deshojadas, novelas de diferentes autores, grandes obras por supuesto; recuerdo cuando éramos niños, aquí hacíamos nuestras tareas, mi hermano y yo. Mi tío siempre con su ceño fruncido, con voz severa. -Haber Romualdo repite estas operaciones-, está mal el resultado, sólo vas a la escuela a mascar moscas. Aprende a tu hermano siempre limpio, ordenado y bien hecho para realizar sus trabajos escolares. Siempre es la misma cantaleta contigo. A veces creo que la traía contra él. No puedo afirmar que yo fuera su preferido pero había algo escondido en su mirada, sobre todo cuando le llamaba la atención. Mi hermano siempre se encabronaba y le respondía ¡tú no eres mi Padre! Notaba entonces cierta nostalgia en el silencio de mi tío, pero alcanzaba a balbucear — desde que murieron sus padres me propuso a guiarlos–, daba un fuerte manotazo en este ya deteriorado escritorio gritando, ¡y si no te parece puedes largarte si crees poder mantenerte solo! Ahí está la puerta no detengo a nadie a la fuerza. Aquella tarde nublada y fría fue la última vez que vi a mi hermano. Cursábamos el tercer grado de secundaria, ambos. Ya que Romualdo repitió sexto de primaria. Mi tío Yeleno no le detuvo sólo inquirió, si das un paso fuera no esperes nada de mí. Ni un mendrugo de pan ni un vaso de agua. Así fue, él tenía 15 años y yo 13. No podría definir si fue triste la despedida. Lo que sí puedo advertir que hace unos años, que me reencontré con él, fue si mal recuerdo cuando salí de la Universidad, ya en los últimos cuatrimestres de la carrera de Mercado Técnia y Publicidad; si mi memoria no me traiciona en aquél café de la esquina de la misma avenida donde se ubicaba la susodicha. Todo fue tan rápido recuerdo que escuché un tanto lejana una voz que repetía mi nombre varias veces. Rómulo, Rómulo, Rómulo; hice caso omiso y me senté en la primer mesa de aquella cafetería, la misma que siempre estaba a reventar a veces imposible de encontrar una mesa vacía, asimismo el murmullo de diferentes personas me hicieron dudar, por ello no volteé ante aquella dirección donde escuchaba mi nombre, Hasta que alguien que sentí que me tomaban del brazo fuertemente. Preguntó él sarcásticamente ¿No escuchas verdad? Lo vi y me quedé estático por un momento. Di algo tarado, me dijo burlonamente;
–Perdón Romualdo qué sorpresa– ¿Qué te trae por aquí? Ya son 15 años que no nos vemos. Negocios hermano, negocios. Y tú qué me cuentas. Le platiqué de la universidad, de que estaba ya por titularme, de cómo estaba el tío, de su diabetes avanzada y que por ende preguntaba mucho por él que debería ir a verlo. Él sólo se carcajeo y concluyó bueno ya te vi ya me voy. Escribió unos números en una servilleta y me la puso medio iracundo en mi mano, este es mi número de celular, vivó en Cancún, cualquier cosa llámame. No quiero hablar con él, recuerdo que me corrió. En fin hermano me dio gusto verte, y se marchó. A veinte años de su partida vuelve y sólo por interés, ya que estamos en espera del Notario quien abrirá el Testamento y dará lectura al mismo. Me preguntó mientras caminaba de un lado a otro por aquella amplia biblioteca, desde el escritorio hasta la puerta de acceso, ¿por qué tan pensativo? Sólo recordaba los momentos felices en esta biblioteca. Bueno y tú qué me cuentas, -un poco molesto Romualo me gritó- ya deja de dar vueltas que me estás mareado. Y definió su angustia con voz suave: Carajo es que no llega el Notario, ya se me queman las habas por saber que me dejó el tío. Mmmmmm. Y esa expresión por qué, tú sabes algo. Claro qué no, que quieres que sepa Romualdo, estoy tan intrigado como tú. NI siquiera sabía que había dejado un Testamento. Sólo, es una expresión de asombro ya que tú jamás viste por él. ¿Qué quieres decir- que no me dejó nada-?
–eso no lo puedo asegurar—En esos momentos Tocaron a la puerta de la biblioteca. Le recibí con una sonrisa,- Señor Notario pásele por favor-. No aquí no acompáñenme al comedor. El mayordomo quien amablemente me abrió la puerta, nos llevará café, para concluir el asunto que me trae; está bien contestaron ambos. Siéntense si me hacen el favor, en eso noté que Romualdo se acercó al Notario y algo susurró en su oído, mientras éste depositaba el portafolio que traía sobre la mesa. Él, un señor chaparrito, panzón y mal encarado refunfuñó. Voy a dar lectura al testamento, -seriedad señores-, y sobre todo tú Romualdo ya tienes o debes tener 35 años y tú Rómulo 33. Ellos sólo se miraron sin decir palabra…. El notario sin más preámbulos dijo, dice así.
Me saltaré los pormenores, que es la fecha e iré al grano, ya que por el maldito tráfico llegué tarde y tengo otras diligencias que debo cumplir. Yo Yeleno Jacobo Higareda en pleno uso de mis facultades mentales, testo en favor de mis sobrinos Romualdo y Rómulo. A mi sobrino Rómulo que estuvo conmigo desde que tenía 8 años, y cuido de mí hasta mis últimos días le dejo la propiedad que está en avenida Insurgentes número 350 (donde vivimos actualmente) incluyendo las dos cuentas bancarias, una de Banamex y la otra de Banorte qué más adelante el Señor Oscar Talancon De la Reguera amigo de toda la vida y mi notario dará entrega de dichas cuantas que ascienden a 600 millones de pesos, moneda nacional. A mi sobrino Romualdo que abandonara esta casa ya hace algunos años, -intempestivamente irrumpió Romualdo, ¡me corrió qué o es lo mismo! Suhhhh le callaron el Notario y Rómulo; así prosiguió el ntario: únicamente le dejo aquella moto (ya arreglada por supuesto) que tanto apreció desde que era niño, tenía entonces 10 primaveras y a los 15 años por su pinche orgullo abandonó mi casa, sin pensar en las consecuencias que le traerían los años de soledad que seguramente vivió.
Pateando la mesa del comedor protesto, mientras se quejaba del golpe ya que se había dado en el dedo chiquito del pie. ¡Hay, ya yai! No es justo hacerme venir desde Cancún, y tener que respirar el pinche smog del D. F., para esta pendejada. Ya basta Romualdo ni el Señor ni yo tenemos que soportar tus majaderías. Me largo ya tendrás noticias mías, y quédate con esa estúpida Motocicleta. Y saliendo dio un portazo.
Pasaron algunos días del desagradaba y temeroso instante de la lectura del Testamento cuando sonó mi celular, Hola Rómulo, habla Oscar. Señor Notario que agradable escucharle. Podrás pasar a mi oficina, ya tengo disponibles los papales del banco para que puedas disponer de lo que es tuyo. Sí claro en una hora estaré con usted. Voy al centro en éstos momentos en cuánto me desocupe le caigo a su oficina. Está bien te espero estaré al pendiente. Ahí lo veo sin falta hoy mismo. Se detuvo en una librería, le interesaba adquirir unos poemarios del poeta Carlos Santibañéz ya que en la biblioteca de su tío Yeleno en los magnos libreros sólo se encontraban, diccionarios, enciclopedias y libros de cuentos y novelas; pero él ya empezaba a surtirlos de algunos libros de poemas como el caso de Sergio Jacobo “elpoetairreverente”. Igualmente de Jaime Sabines, Neruda y Benedetty. Otros como de Thelma Nava y Miguél Ángel Turrent. Pero iba en busca de otros como el caso de Gabril de Campo, Jacinta Ceballos, José Luis Almada, Leticia Luna, Dora Elia, Alicia Alonso, David Estopier, Patricia Seceñas; que eran también grades poetas. Después de terminado su asunto se pasó a comer a un Sambors cercano a donde estaba la oficina del Notario, en la Colonia Nápoles ya para entonces eran las 18:00 horas con veinte minutos.
Asimismo ya ingeridos sus alimentos, pidió la cuanta. Pasó a la caja a pagar. Y salió de súbito llegó a la mentada oficina, cansado y sudoroso. En otras palabras ya pedía esquina. Al legar lo atendió una señorita, de buen cuerpo, ojos grandes y expresivos, con su voz suave le preguntó. ¿Sí dígame en qué le puedo servir? Él amablemente respondió -tengo cita con el Licenciado Oscar- Permítame un momento, gusta tomar asiento. Si gracias señorita –concluyó él- pero ella ya por último preguntó: disculpe a quién anuncio, -a Rómulo Jacobo- Señor disculpe lo busca el Señor Rómulo Jacobo. Dígale me espere un momento, termino este asunto y le llamo. Señor gusta esperar ahorita en un rato le habla, gusta tomar algo mientras. Una gaseosa si me hace el favor. De sabor o Coca Cola. De naranja si es posible. Asimismo la Secretaria afablemente le acercó una lata de refresco que fuera de su preferencia.
Mientras él hojeaba una revista y daba sorbos a su refresco pasaron bastantes minutos. Ya eran las 7:30 de la noche. Salían unas personas de la oficina del licenciado. Sonó el teléfono de la Secretaria Yofina, – si Licenciado dígame- Confirmándole que ya podía ingresar, asimismo ella se dirigió a Rómulo; Señor Rómulo. Ya puede pasar. Fueron tantos minutos de espera que me quedé dormido. Ella se incorporó y fue a moverme para despertarme. Eeeee, -ya puede pasar señor- Disculpe no le escuché, pero gracias, COM permiso; me levanté y penetré en aquella oficina. Toda moderna y con mucha luz. Se puede Licenciado, -adelante apreciado amigo ya tengo sus papeles sólo firme, y ya mañana podrá pasar a los bancos para ultimar los últimos detalles. Así lo hice. Y saliendo de aquella oficina al unísono que abandonaba el edificio de la colonia Nápoles. Pensaba mientras me subía a mi vehículo ya sé qué haré cuando tenga todo ese dinero. Voy a ir a Cancún a ver a mi hermano y me recomiende un Antro; necesito divertirme.
Le marcó al celular que él le había anotado en aquella servilleta, con la duda de que si sería el mismo. ¿Romualdo? Sí quién habla. Tu hermano voy para Cancún a verte, quiero quedarme por allá unos días. La verdad Rómulo no voy estar estaré fuera por cuestiones de negocios. Pero hay un Antro muy bueno y conocido se llama Mándala Cancún, te la vas a pasar bomba. Pregunta cualquiera lo conoce en la noche es el mejor momento y de hotel te recomiendo. Pero porqué hotel hermano, no puedo quedarme contigo. Mira vivo solo y no hay quien te abra. Hazme caso, mira el hotel se llama: Ritz-Carlton Cancún, en internet busca la dirección es muy bueno y cómodo. Llegaré como a las 10 de la mañana, me instalo y voy a la playa antes de ir al antro. Perfecto suerte, nos veremos a mi regreso.
Al salir del aeropuerto abordé un taxi, – al hotel -Ritz-Carlton- si señor cómo no, respondió el chofer. Viene de vacaciones con su familia, – de diversión sí, pero solo- ya llegamos señor éste es, gracias aquí tiene. Al descender un empleado del hotel se aproximó con un diablito, le llevó su maleta señor, -sí gracias- Y en la recepción. Buenos días Señor –eee- respondió el recepcionista, soy el Señor Rómulo. Está bien Señor Rómulo, tiene reservación. Negativamente le respondí al recepcionista; el cuál me contestó entonces – Tenemos disponible el cuarto 108 y el 110 por el momento-. Con dos camas individuales cada uno. Si está bien viajo solo. Perfecto, le informo el costo por noche son 6, 600.Sí no hay problema, le dejaré pagadas 5 noches. Le cobró entonces 33000. Le extendí mi tarjeta de crédito de Banorte y después de firmar me acompañó el botones a mi habitación.
Iracema dónde estás, Iracema. Aquí estoy mi vida, porque gritas tanto. En casa de mi hermano se planeaba algo verdaderamente monstruoso y perverso. MI hermano viene para acá. No inventes a este pinche departamento lo vas a invitar. Claro que no, me crees tan estúpido. Le hice creer que estaré fuera por unos días, le propuse un hotel y un Antro para que se divierta. Me parece excelente así no presumirá de lo que tiene ahora. No entiendes pendeja, es la oportunidad de vengarme y, tú vas ayudarme. No te entiendo, explícate. Hoy en la noche a eso de las 10 vas a ir a este Antro. Y entonces (le platico su macabro plan) Estás totalmente loco, yo no soy una puta soy tu mujer parece que me estás vendiendo. Él la tomo fuertemente de los brazos y la azotó en un sillón, tú harás lo que yo diga, me interesa sacarle dinero. Qué cabrón eres y yo soy la única opción. Tú lo has dicho. Además él no sabe qué estoy casado.
Qué tranquilidad es estar en la playa, pensaba Rómulo mientras las olas de aquél mar decaían al llegar a la orilla. Con este Coctel de Camarones y esta miche lada. Sólo me falta una menorra como esas que veo allá seguramente son extranjeras que viejas están como paco… en fin ya son la 5 de la tarde me voy al hotel a recostarme un rato para ir al Antro. Sin pensarlo más se retiró dela playa. Mientras Romualdo con insultos y mal trato convenció a su mujer, que conquistara a su hermano para sacarle dinero. Estás lista Iracema, -si ya voy- pues córrele ya son las 21:20 apenas estás a tiempo. Esta es la foto más reciente que tengo. Nos la tomamos días antes de la lectura del Testamento. No te preocupes te tendré al tanto. Ahora sí tío Yeleno ya verás de qué cuero salen más correas, gritaba Romualdo entre carcajadas irónicas.
Llegó ella al bar a eso de las 22:30 y lo vio en una de las mesas, solitario, fumando y tomando. Se fue a pasos turbios acercándose aquella mesa, y le dijo coqueteándole, hola papacito me invitas una copa, él al verla le dijo con voz turbada, -claro preciosa toma asiento-. Así comenzó aquél idilio, engañoso por cierto. Pasaron momentos agradables de sexo y quizás llegaron a enamorarse, desde aquél martes por la noche hasta el domingo que tuvieron que despedirse, sabes ya tengo que irme y tú igual. Cuál es la prisa Iracema. Todavía faltan cuatro horas, para la salida de mi vuelo, mira no hagas más difícil la despedida; dame el cheque y punto. De eso vivo, y no creo que te hayas enamorado de mí Rómulo-. Entiende de esto vivo., además coquetamente concluyó, -tomemos esto como una aventura- Pero por sus adentros sabía que sus sentimientos eran otros. Salió de súbito de aquél cuarto, unas lágrimas brotaban de sus ojos, también sis saber cómo se enamoró, ya que él era diferente, por su trato al de su hermano. No pudieron evitar sentir una intensa nostalgia al despedirse ambos, pero ninguno de los dos dejó que se notara ese sentimiento.
Rómulo, antes de abandonar el hotel bajó al bar del mismo con la idea de tomarse un tequila solo. No quería pensar en la semana que vivió a la vera de ella. Y la tristeza que le causó no ver a su hermano. Encendió un cigarrillo mientras se acercaba a la barra, – un tequila por favor- si Señor Rómulo como no. En eso lo abordó un Señor ya de edad, pasado un poco de copas. Disculpe usted es el hermano de Romualdo, sí así es, soy Rómulo. Con quien tengo el gusto. Arturo Acosta servidor. Un ex-amigo de su hermano. Frunció el ceño entonces Rómulo. Y dígame no le atemoriza andar con la esposa de su hermano, perdone la pregunta. Él lo tomó fuertemente de su camisa y le dijo: repita eso.
Cálmese y no se excite. A poco no sabía que Iracema es su esposa. Deje le explico, él lo planeó todo quería vengarse y sacarle dinero a usted. Él soltó la sopa en una borrachera hace unos dos días. Siempre que toma habla de más. Voy a ir a verlo para aclararlo; espere sé algo más, cómo, todavía hay más. Sí, lo de una carta que dejó su tío para usted. ¿Una carta? Y cómo la tiene él. Según me comentó que el día que se leyó el testamento él se aproximó a decirle algo al notario, sin importancia y tomó aquél sobre que estaba encima del portafolio. Si recuerdo que hasta el Licenciado Oscar se molestó, y puso una carota y algo le dijo. Y eso qué, a estas alturas ya debe haberla leído. No lo creo viene en un sobre especial, metálico por cierto, y se requiere una llave que tú Rómulo debes tener. ¿Yo…? ¡Ahí cuelga de tu cuello! Esta es sólo una medalla extraña, que mi tío Yeleno me dejó antes de morir. Me la permites, se la quitó y se la dio al susodicho, él fue rompiendo cada extremo de la medalla, hasta que quedó sólo la llave.
Carajo. Ahora con mayor razón debo ir, dígame dónde vive. En unos departamentos. Color rosa, saliendo del hotel está a 5 cuadras. Departamento 303 tercer piso. Pero apresúrate sé que piensan abandonar Cancún. Gracias por la información, voy volado. Llegó ya al hablado edificio, subió las escaleras, ya que no había elevador, y al entrar frente a la puerta, extrajo una pistola de su bolsa, se disponía, a tocar el timbre cuando la puerta se abrió. Hola Iracema, nos volvemos a ver. Ella se amedrentó al ver la fusca, y bruscamente quiso cerrar la puerta. Fue inútil le ganó la fuerza bruta de él. Veo que estás de viaje, ¿pero son muchas maletas para ti sola? ¡NO…! Y eso qué;- cómo supiste mi dirección-. En eso le gritó su hermano a su esposa – Iracema ya estás lista-, salió del cuarto Romualdo manoteando, Hola Rómualdo ¿no me esperabas verdad? ¿Qué pronto regresaste de tu viaje? por qué tanta prisa. Tú qué haces aquí. No tienes huevos para disparar, le dijo Romualdo con una mirada de odio, no me provoques respondió él. Sólo quiero un sobre que está en tu poder. Me pertenece y lo quiero ahora. De qué te sirve, la llave no existe. Te equivocas, mostrándosela le dijo, la tengo yo. Pero guarda el arma, la voy a sacar del velis, está bien pero sin trucos. Romualdo deslizó el cierre del mismo y sacó el sobre aquí está, al mismo tiempo con la mano derecha sacaba un arma, se escuchó la detonación y calló mal herido Rómulo, aventando la llave y alcanzó a sacar su revólver y le disparo a Romualdo que también calló. Se escucharon más disparos y los dos quedaron sin vida. Iracema estaba sin habla, pero aún así recogió aquél sobre y la llave. Sin dudarlo abrió el sobre y extrajo aquella carta, que contenía un íntimo secreto. No leyó la fecha ni a quién corresponde. Mi querido sobrino cuando leas ésta ya no estaré contigo. Pero quiero que conozcas mi secreto, o más bien mi pecado que no me dejó vivir mis últimos años. Confieso que yo fui el culpable de que tu Padre se suicidará y tu Madre muriera al caer en aquella depresión. Todo fue tan repentino y sin pensarlo, fue aquél día en que tu padre viajó a Guadalajara cosa de negocios ya sabes, me encargó encarecidamente a la familia mi hermano; tú tendrías 2 años. Nosotros claro no sabíamos de lo sucedido aquella noche en la carretera. Los tequilas y la plática cachonda nos llevaron a tal extremo. Ahora me arrepiento de haberme acostado con mi cuñada, o sea con tu madre; pero fue el momento quizás el culpable fui yo más que de tu madre. Al siguiente día de lo sucedido, llamaron para decirnos del accidente, del camión donde iba mi hermano, se volcó, él estuvo hospitalizado y a consecuencia de ese accidente quedó estéril. Por lo mismo un tiempo después tu madre se embarazó, Él al darse cuenta intuyó en la infidelidad de tu madre, decayó gravemente por aquella decepción y decidió colgarse. Al poco tiempo tu madre empezó a declinar por la depresión, entonces a dar a luz a Romualdo falleció en el parto. En otras palabras él es hijo mío, tu medio hermano.
Perdóname Rómulo.
Ella soltó la carta y salió del departamento con su maleta, pero retornó al mismo, se arrepintió y regresó por la carta no quiso dejarla. Y se llevó con ella aquél íntimo secreto.
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30/VIII/2018
[Mini cuento narrativo]
Hubo un tiempo, que algunas tardes me dirigía al parque, próximo a mi domicilio. No es grande, pero perfecto para recorrerlo por un rato; como todos está arbolado, la hojarasca cubre sus caminos. En esos años (cuando fumaba) extraía de mi cajetilla un cigarro lo encendía y me sentaba en la banca, que estaba frente a la biblioteca del mismo. Ésta se ubica abajo del quiosco, un poco extraño ver aquellos anaqueles en el subsuelo. En el centro de este mi confidente parque, hay una fuente, donde los perros se meten y los pájaros beben. En los juegos hay niños, divirtiéndose sobre todo los fines de semana: pero retornando a lo que me atañe, exponía entonces, que en esa banca me hojeaba al leer algún poemario, asimismo escribía, algunos versos, que más adelante o después de un rato extenso, bajo el rayo del sol, o en otras veces con frío según el tiempo en que paseaba por el mismo; me incorporaba y sin pensar mucho me dirigía a la biblioteca y tomando una computadora después de pedirla afablemente, a la bibliotecaria, editaba en mi Facebook lo que había escrito. En fin, esta rutina se daba desde que me quedé viudo (ya XV años) primero los fines de semana, sobre todo el domingo después de misa; porque hago hincapié, en este Parque llamado General Lázaro Cárdenas, en Fraccionamiento Los Pastores, está la Iglesia de La Asunción, igualmente el Nicho Familiar donde están mis Padres; estuvo también la Madre de mis hijos. Pero su última voluntad fue que sus cenizas, se esparcieran en el Mar de Tecolutla Veracruz, por esa razón ya no está ella ahí. Para entonces, los años fueron recayendo en esa monotonía, hasta que se presentó la oportunidad de jubilarme, por lo tanto fue casi o, a menudo el estar en el parque, no sólo por las tardes también por la mañana; asimismo la congoja fue por partida doble Los primeros años por el recuerdo de mis compañeros de oficina; más tarde el estar ya solo, mi última pareja y yo después de 6 años y meses decidimos alejarnos. Pero ahora de más de dos años, la sigo recordando. Cuando voy al parque o al Centro Comercial que está aledaño, me vienen historias íntimas y afectivas a su lado. No sé cómo concluir está maraña de recuerdos, sobre todo ahora, que desde el comienzo de ésta Pandemia, salgo poco, en mi lecho surgen añoranzas o, al salir al patio de mi casa, lo recorro un rato, pensando sólo pensando. Al parque ya son escasas las ocasiones. Las circunstancias alteraron mi rutina. Mi calle, las tiendas no lejanas a mi hogar son mi olvido. Pero el parque espera vuelva a platicarle mis mocedades.
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16/V/2021
Mini cuento
¡¿Hay papá qué es esto no inventes?! No te gusta, es perfecta para continuar con mi novela, aquí pasaremos el fin de semana, bueno por lo menos dame un norte de que trata, o el drama de tu novela (concluyó ella con un tono sarcástico) te comento brevemente de un hombre –viudo como yo- y con una hija siempre enojada como tú; caray Papá Yeyo qué casualidad. Pero por dios, María Florencia a ti nada te parece. En eso antes de abandonar el coche extrajo de su bolso su celular, ¡carajo no hay señal! Y qué quieres que haga ¿te aplaudo? Muy chistoso, tu si traes tu laptop; seguramente para continuar con tu novela. Pues sí no lo niego, sólo busco el final es donde me he detenido; ya escribí varios pero no me gustan. Ya, ya. Viejo no discutamos me caga discutir contigo. No seas insolente fíjate con quién hablas. Al bajarse azotó la puerta del auto, ella se encaminaba a la casa, A dónde vas, inquirió su Padre. A dónde va ser, revisar esta selva para ver si no hay alimañas; señorita ayúdeme primero a bajar las maletas del maletero, que estos instantes estoy abriendo. Está bien –refunfuñando le ayudó a Yeyo-
Al aproximarse a la puerta, caminaba sobre el suelo lodoso, él insertó la llave y al abrirla esta giró sobre sus goznes enmohecidos, produciendo un sonido escándalos. A ver si aceitas esta puerta suena horrible y, de seguro las demás han de estar igual. Ya con una chingada ya deja de quejarte y sube tu maleta, según me dijo quién me alquilo ésta, los aposentos están subiendo las escaleras. La mía es la primera, la tuya es pasando el baño. Pero antes bajemos la caja que falta. Y esa qué tiene un muerto- ella inquirió burlonamente- sí a tu madre, respondió Yeyo. Ya Papá no te proyectes, si no te cabe no repartas; si no fuiste feliz con ella es tu pedo, no el mío. Mira son nuestros víveres, hay que llevarlos a la cocina. Con esto aguantaremos el fin de semana.
Así con tranquilidad él, vaciaba la caja y acomodaba las latas y demás en la susodicha. Por lo menos si hay corriente eléctrica, en este refrigerador un poco sucio o un tanto me da igual, pondré el jamón, el queso y las carnes. En el congelador las cervezas. Y podré conectar mi lap, para continuar con mi novela.
Mientras ese pensamiento le corría por su mente, las horas transcurrían, el seguía tipiando sin para Después de la hueva de hoy y la siesta que me aventé en la tarde sudé mucho, me voy a dar un duchazo. Retirando la silla mientras Yeyo levantaba la mesa, se dirigió al baño, ya en él, pero antes se sentó en el WC pues tenía ganas de mear, ya sin más preámbulos se quitó la blusa, no tenía sostén. Brotaron unos senos hermosos, bien formados. Bajo el zíper de su pantalón, se lo quitó al mismo tiempo que su tanga. Mostraba sus nalgas bien tornaditas y su sexo rasurado. Sin ningún morbo lo digo y lo comento, se metió en la regadera, comenzaba a enjabonarse. Escuchó como si alguien abriera la puerta del sitio donde ella estaba. Eres tú papá preguntó, mientras retiraba el jabón de su rostro: sigilosamente abrió la cortina de baño, alcanzo a divisar una silueta, alguien salía pero sin abrir la puerta. A ella lo que le impactó fue el puñal que se le veía en su mano, al sujeto aquél… para entonces un grito horrendo brotó de su boca.
En un dos por tres Yeyo ya había dejado lo que estaba haciendo, y se apresuró en el baño. Pero estaba cerrado, tocó con insistencia, abre María que pasa. Al abrir, ella aún estaba en estado de choc. Apenas balbuceaba algunas palabras que no se entendían, no te entiendo carajo –gritò èl- Vi, Vi viiii, una sombra salir de aquí. Primero el piso comenzó a tronar como si alguien pisara con pasos firmes, y por otro lado escuché abriese la puerta, después al asomarme al retirar la cortina, miré esa sombra. Abrazó a su padre con fuerza, todavía le temblaban las piernas, le escurría agua aun de la cabeza. Sabes termina de vestirte y ya cálmate. Acuéstate y trata de dormir. ¡! DORMIR, por favor papá no mames, ves cómo están las cosas y te vale madre. Ya basta, deja de decir pendejadas. El regresó a continuar con su novela y ella se quedó a medio dormir en su recámara. Así pasaron las horas hasta que ella volvió a escuchar ese chirriar en el suelo, pero ahora con más insistencia. Se incorporó de su tálamo, tomó su maleta y empacó sus cosas. Ya estando junto a la escalera y la habitación de su padre, donde se escuchaba hasta afuera el respirar agitado de Yeyo; por el drama que él seguía de su novela al inmiscuirse en cada personaje. Se le quedó viendo fijamente molesta, sólo te digo que mi imaginación me juega una mala pasada y, no quiero morirme de un puto susto. Te espero en el auto tienes 10 minutos porque yo me largo de este maldito lugar.
Dicen que las matemáticas es una ciencia exacta, pero lo desconocido es una ciencia inexplicable.
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13/09/2021
Encendía su puro, le temblaba la mano, los nervios no lo dejaban en paz. ¡Carajo Abel! Es sólo una vez y ya, La verdad Rosaura tengo mis dudas, se aproximó a la ventana, en esa mañana fría en que su amiga le despertó tan temprano, con esa embajada. Él aún en pijama, y. Fumaba su puro en ayunas. Ella se le quedaba viendo un tanto titubeante, como queriendo expresar algún vocablo. Mmmmm, éste, ella quiso decir algo pero él la interrumpió, un tanto agresivo: La verdad Rosaura no digas nada estoy pensando. Tu sola respiración me distrae. Sólo quería decirte. No me importa ya te dije. A ti no te interesa Abel (le respondió ella con ira) a mí sí; sè que ya juntamos 5 millones de dólares y qué casi nos atrapan. Pero aquí hay otros tres millones más, ¡pueden ser nuestros! No lo sè -poniéndose la mano en la barba- ya medio canosa y acariciándola con malicie le dijo, todo está muy bien pero diviso todo esto muy fácil, estamos en la mira de un franco tirador.
Tú tienes razón ya tenemos suficiente dinero, nos podemos retirar, para qué exponernos a que nos den el tiro de gracia. Lo que sucede ya lo veo eres un cobarde y marica. Hay dios nos van a pescar (irónicamente respondió ella). Deja de burlarte Rosaura esto es serio, Está bien me voy a bañar dijo èl. Mientras deja lo pienso y, pongo cada cosa en su lugar. No mames Abel, si no es una ciencia exacta. Cómo quieras, a qué hora quedó de hablarte para que le des el video y él a su vez el cheque. A las 17:00 horas de hoy. Tenemos suficiente tiempo son las 8 de la mañana. Está bien me voy apurar, Cítalo en el hotel de siempre, A las 8 de la noche. Por cierto ¿cómo se llama el interfecto?, Gabriel es todo lo que sè, desconozco su apellido. El que no arriesga no gana o pierde todo, en fin. Después de expresar esas últimas palabras entró al baño con el fin de ducharse; pasó el tiempo, un tanto pausado. Ella ya estaba desesperada, más de 45 minutos para bañarse y salir vestido. Listo mujer. Ya era hora, gruñendo dijo ella. Mientras te enojas desayunemos y planeemos bien el golpe, sabes que no me gustan los errores. Saldremos de aquí a las 19 horas con 20 minutos, para entonces debe haberte llamado él. Estaremos ya en el auto para arrancar al lugar de siempre, a la hora que te comenté; mientras esperaremos a que este hombre se comunique contigo, se sentó en la sala de su casa, su pierna sobre encima de la mesa de centro, que tenía un vidrio delgado, por lo mismo cualquier movimiento lo hacía sonar., no muevas tanto tu pierna, me pones de nervios Abel; ya llamará. Además todavía faltan 10 minutos para las cinco; expresó ella, al mismo tiempo quiso romper ese silencio sepulcral con una broma. -Viéndolo bien, tardaste mucho bañándote para quedar igual, eres un pinche viejo medio panzón y de barba blanca-. Más que enojarse le dio una risa nerviosa. En eso vibró el celular que estaba encima de la mesa de centro de aquella sala estilo colonial; ella lo asió y contestó mirándole como queriendo decirle (no hagas ruido). Bueno, sí. Qué tal habla el licenciado Gabriel. Cómo está ya tomó una decisión. Mientras en la jefatura de policía, lo veían sus amigos, Entre muecas le decían contesta si no va sospechar. Sí le diré dónde nos vemos. Se equivoca señor. Soy yo quien pone las reglas. ¿Y cómo sè qué no es otra de sus trampas, para seguirme sacando dinero?
Usted decide si me cree o no, yo le diré dónde y a qué hora nos vemos, o más bien quien será la persona a quien le entregue el CD y el a su vez le entregará el cheque. Será un amigo; él bajo un poco la voz, casi murmuraba. Era el momento en qué veía a sus amigos, en la comisaría, para pedirles consejo (no sabía qué decir) Disculpe Señor ¡no le escuchó! hable más fuerte. Perdón, cómo es su amigo, envíeme una foto para reconocerlo. Eso no es posible él se acercará a usted y le dirá fuertemente . Esa será la contra seña.. Está bien no hay problema.
Dígame dónde entonces. Tiene pluma y papel con qué apuntar. Sí escucho. La dirección es: el hotel “MUY”, en Antonio Caso, a la vera de Sullivan. ¡¿Quiere más datos?!Sólo tengo una duda, en qué cuarto, escúcheme bien amigo, va ser en la recepción del mismo. Otra cosa que quiera saber. No, nada másy si ubico el lugar no hay problema. Entonces a las 8, sea puntual. No nos haga esperar, si de verdad le interesa el susodicho video y sus gemidos malévolos, sean escuchados en todas las redes sociales. Sí, no se preocupe estaré ahí, a la hora indicada. Eso espero por su reputación si no la quiere ver por los suelos; sí, éste; bueno, bueno. Colgó. Bien preparémonos tenemos exactamente dos horas, Tú Gabriel de aquí te vas a las 7:30 estamos como a 25 minutos. Nosotros nos adelantamos para tender la rede. Recuerden Lleven ropa de civiles allá nos cambiamos. Hay que palabrear esto con el de la recepción. Todo será fácil ya estando adentro. Juro que esta prostituta y su amigo vividor, ya se dejarán de burlar de mí, y chantajear para sacarles dineros, ya van dos diputados y un senador. Tengo 5 años tras de su pista, y no les he podido echar el guante. Pero se les terminó su buena suerte. Ni siquiera para enjuiciarlos esto ya es directo a cadena perpetua, por distorsión. .Jefe ya están listas las dos camionetas, bien Julio vámonos. Entregaré mi placa Julio, sino los agarramos hoy. No sè preocupe Comandante Demetrio, hoy caen. No te equivoques Julio, sino te aseguro, qué por mi cuenta va que te suspendan, antes de que entregue yo mi placa. No sólo va mi cabeza en juego también la tuya recuérdalo.
Asintió con la cabeza, saliendo primero él y después Demetrio quien cerró la `puerta de su oficina bruscamente, se cimbró el vidrio que casi se rompe. Llegaron al susodicho hotel, sito en Antonio Caso. Se estacionaron en la esquina, era una de las camionetas ésta con varios policías; para tomar por sorpresa a ella, que seguramente vendría manejando acompañando a su cómplice. Demetrio y Julio descendieron de otro vehículo. Mientras el comandante entraba al hotel, Julio daba instrucciones, a la primera camioneta que se quedó estacionada en la esquina. Les dejo esta botella de Ron, y, no se emocionen dice Ron Bacardì, pero es agua es sólo para disimular. Tengan el ojo avizor, no pierdan detalle. Si señor estaremos a las vivas, no se preocupe.
. Así pasó el tiempo. Y justo en el horario que dijo Abel, ya estaban dentro de su automóvil., cálmate carajo, me pones nerviosa. Bueno ya arranca que se me está calentando la sangre. Y ya quiero terminar con esto. ¡! Vámonos.
Media hora más tarde, un coche color guinda, con molduras plateadas, arribaba al lugar, envío señal uno de los patrulleros, que estaba de incognito en el vehículo de la esquina. El mensaje fue enviado a Julio y decía: ‘del susodicho automóvil descendió un individuo se ve sospechoso y se quedó en él una mujer que viene manejando sospechamos debe ser la cómplice’; está bien enterado respondió Julio el sub-comandante además ya son las ocho, vamos a proceder”. Ustedes a lo suyo, con cautela. Está bien señor…. Ellos seguían en su aparente festejo, hasta que el sujeto ingresó al hotel. Se bajaron dos, haciéndose los borracho y abrazados. Al aproximarse al coche de ella. Uno le tocó en el vidrio. Ella por un momento se espantó, y no supo qué hacer. Él le dijo que le abriera que si tenía lumbre para encender su cigarro; si pudo ella escuchar, bajo lentamente el elevador hasta que se abrió la ventanilla del lado del chofer; él rápidamente metió la mano, y extrajo las llaves del swish. Al mismo tiempo sacó una pistola calibre 22, de su bolsillo y le apuntó. Ordenándole…, salga del vehículo con las manos en alto, el otro policía ya estaba igual detrás de él. Los otros dos esperaban a la mujer para subirla al vehículo.
Le pusieron las manos atrás, esposándola, leyéndole sus derechos. Por favor señores, no sean tan agresivos soy una dama. Ellos rieron al unísono. Una dama que se acuesta con diferentes hombres y hasta mujeres según su historial, por dinero.
Súbase a la patrulla y cállese. Asimismo dentro del hotel, ¿señor disculpe quiere un cuarto?, preguntó Julio que estaba de recepcionista. Abel le miro un tanto nervioso, y respondió. Heee, no espero a un amigo. Demetrio estaba disque leyendo en la sala de la recepción. Pero no le quitaba la vista al sujeto. En eso entró Gabriel. Y para no levantar sospechas, le hizo la misma pregunta Julio. Entonces fue cuando el difamador que por ende con todo esto sólo buscaba su provecho, reconoció a su víctima. A sí, a viva voz le dijo:
Se le puso enfrente, entregándole un CD. ¿Es la única copia…?Preguntó Gabriel en voz baja. Así es amigo venga el cheque y terminemos con esto. Julio dejó el mostrador, traía ya un arma en la mano, por lo tanto le gritó levante las manos lentamente, y Demetrio en el otro extremo con igual situación. Gabriel lo único que alcanzó a decirle,-guarde silencio lo que diga puede ser usado en su contra en una corte- Fue entonces que Abel sacó un arma y quiso defenderse, pero Demetrio fue más rápido. Y el interfecto cayó. Julio y Gabriel se acercaron al cuerpo. Le puso los dedos en la Yugular (Julio) y no había pulsación, por lo mismo élsólo alcanzó a decir, está muerto. Pide una ambulancia Julio, Y vamos afuera Gabriel a ver si por lo menos atraparon a la dueña de este CD.
Todo en orden mi comandante, le dijo uno de ellos desde la patrulla. Él sólo sonrió, se le quedó viendo a Gabriel por un momento y le extendió su mano, no sè qué decirte pero ya todo concluyó. Con unas gracias es suficiente comandante. Hasta mañana. Él se alejó del lugar, disfrutando de sus merecidas vacaciones como se lo prometieron. Y ellos regresaron a la comandancia. Habría que llenar ciertos formularios correspondientes para cerrar el caso…
Cuento de miedo.
¡Hay mana, me tiene intrigada tu llamada! Mira nada más cómo me pongo, decía Clemente mientras ponía sus manos sobre su rostro. Y sobre todo para colmo, tu voz quebrada Aidalí, no sé qué pensar. Todo fue un silencio casi sepulcral, había cierto suspenso en el ambiente; a su fiel amigo gay, no podrá responderle su boca era una tumba, pero el intento de hablar era tan elocuente, pero no ¡no sabía cómo empezar! Sólo extrajo de su cajetilla un cigarro, lo encendió. Pero esa mudez (estúpida mudez no la dejaba) Pero dime algo, me tienes con la piel chinita, tócame amiga estoy helada. Ella sarcásticamente sonrió y le dijo pues hazme un milagrito. Caray Aidalí, me llamas con urgencia y hasta te mofas. Carajo Clemente exageras el punto sólo quiero un consejo.
Todo eso explayaba, mientras le daba unas fumadas a su pitillo; entonces ya no aguantó más – exclamó- ¡Creo que Yolanda lo sabe! En esos momentos se miraron las dos, ella caminaba como fiera enjaulada, pero él estaba atónito, o (atónita) bueno da lo mismo, en fin en la punta de la lengua tenía esa pregunta, no para buscar una solución si no para saber si estaban en la misma sintonía; pero cómo soltarla, pensaba. El ánimo había decaído en ambas. Él sin pensar ya, sólo al aventón preguntó – ¿sabe que tu pareja es mujer?- o tu hija a preguntado, dime algo carajo no te quedes muda. Lo peor es qué no fue ella directamente, tuve una conversación antier que me dejó pasmada, con Ery cuando me disponía a salir de su departamento, por la mañana del sábado pasado. Bueno amiga y qué pudo decirte esa loca, que te puso así. Tampoco la insultes –la defendía Aidalí- por favor loca, no es un insulto es una expresión. También pude haberle dicho pendeja, pero en fín –ese no es el punto- vamos al grano, qué te conto tu pareja. Todo comenzó, según sé por la tarde del jueves de la semana pasada. Tú y yo sabemos que Yolanda mi pequeña; -no mames cuál pequeña tiene 30 años.- Por favor Clemente no interrumpas, qué sucedió ese jueves. Déjame entonces proseguir, ahora que tomé aire. Ya por salir de la oficina Ery, me hija tengo entendido entró a buscarme, pero ese día tuve una junta en otras oficinas ubicadas en el Centro de la Ciudad; ella al toparse con mi pareja le preguntó si estaba. Claramente y sin titubeos Ery, le comentó que estaba en otras oficinas en una junta de negocios. La verdad hasta ahorita no he visto cuál es el problema, -interrumpió Clemente- Asimismo sería todo tan normal si ella no hubiera con malevolencia preguntar…¿se verán dónde siempre? ¡Hay mana! Eso preguntó Yolanda Santo Dios. Ahora entiendes mi preocupación. La verdad amiga, creo qué fue lo mejor que pudo pasar. Ahora la que está loca eres tú. Entiende si yo sustituyera al que fue su Padre, que esté en la Gloria o Infierno me da igual, fuera un hombre, todo sería más fácil, ella entendería que tengo necesidades como todo ser humano. Pero a mis 50 años qué le digo –mira hija te presento a mi novia- Y eso no es todo Clemente, sabemos de antemano que la conoce pero como mi amiga y compañera de trabajo. Cómo de la noche a la mañana la presento como mi pareja.
Todo se volvió confuso, la noche ya había caído comenzaba hacer frío. Decidieron platicarlo al siguiente día. En el parque que está a espaldas del edificio donde trabaja; citando lógicamente a Ery para aclarar el punto. Ella abordó su coche ( de una marca conocida de Renault Captur 2021) y él pidió un Didi.. Se dieron un beso en la mejilla y con un ademan se despidieron. Con la consigna de verse mañana a medio día en el susodicho parque.
Antes de llegar a casa le llamo a Ery, con su celular desde su automóvil. Pero ella respondió –te llamo querida aguántame estoy bañándome. Pero supuestamente colgó, – estaba en su tálamo con otra mujer- gemían se besaban y se decía palabras anti-sonantes mientras hacían el amor, -¡Claro Ery no se dio por enterada! Pero Aidalí sí, tuvo que orillarse pues las lágrimas no la dejaban ver, el coraje se le subió a la cabeza, pero más cuándo escuchó la voz de la otra mujer. No podía creer lo que escuchaba, era insólito, no solamente fue engañada por su pareja, qué eso hubiera sido lo de menos. Era con quién se estaba acostando, la muy zorra; después de enjugarse las lágrimas, Llegó a su casa., la idea principal era no hacerle ningún comentario a Yolanda, de lo que escuchó esa noche. Preparó su bolso para el siguiente día, que se viera con Clemente. Pero previamente le mandó un WhatsApp a su pareja para decirle qué—-nos vemos mañana en el parque que ya conoces a medio día—- Tres horas después llegó Yolanda. Preguntó apretando los labios entre sus dientes, para aguantar su coraje. ¡¿Cómo te fue hija?! Bien Madre todo bien, voy acostarme estoy cansada. Hasta mañana hija, sí –hasta mañana-
Ella no podía dormir, sabía, que de alguna manera su vida y la de su pareja acabarían; pero alejaría a su hija de esa maldita zorra. El insomnio no se hizo de esperar, ella daba vueltas en su lecho. Acostumbrada a dormir sin sostén sólo con calzones; sentía un escalofrío inexplicable en todo su cuerpo, presentía que el final estaba cercano, le rondaba esa idea macabra. Pero no la dejaba, la tenía bien definida. Ya todo estaba elaborado, ella solamente se repetía -acepto que mi hija sea lesbiana, pero no con ella-. Es una hija de la chingada. No me importa terminar entre rejas, pero no dejaré que a Yolanda se la lleve entre las patas. Mañana sin miramientos cumpliré mi venganza.
Esa noche fue la más larga, sobre todo las horas desde las 5 de la mañana fueron las más turbulentas. Pero no hay día que no se cumpla ni hora que no repique. Llegó media hora antes Clemente, asimismo minutos después apareció Ery. Hola buen día saludó como quitada de la pena. ¿Sabes para qué nos citó Aidalí? Deja que llegue no seas impaciente mana, ya te pareces a mí todo quieres saber. Rieron ante ese comentario, platicaron un buen rato. Pero no aparecía esta mujer, -mira nada más las 13 horas en punto y, ésta… y ésta qué dijo Aidalí. Hay mana pues no llegabas ya nos tenías con pendiente.
Pues ya estoy aquí, -el caso Ery- dijo Clemente hubo una plática el jueves pasado entre Yolanda y tú sólo acláralo. Queremos saber si sabe lo de Ustedes, ¡ya sabes! ¡Que se andan cogiendo cariño! Pero hay algo más importante, no es así cabrona. Porque me hablas así, -me engañas no te hagas pendeja- Y no con cualquier mujer. Deja que te explique o por lo menos dame la oportunidad. La misma que le diste a Yolanda. ¡Qué…! Exclamó Clemente. Así como lo escuchaste amigo, seguramente lo del jueves lo inventó para cubrir su canallada. Para empezar mi vida todo fue tan rápido, ¡no me llames así! Contestó Aidalí. Fue una noche que estábamos chupando tu hija y yo, además yo no sabía de su preferencia sexual. Todo fue tan rápido qué…
no dejó terminar la oración donde su nerviosismo se alertaba, extrajo la pistola de su bolso, entonces se abalanzó Clemente para evitar la tragedia, pero la fusca se disparó y le dio a él. Causándole la muerte inmediatamente. Los hechos eran contundentes, por lo mismo a ella la condenaron, por asesinato imprudencial. Yolanda nunca supo del amorío de su madre pero si le dolió la partida de su amigo. De Ery jamás se volvió a saber nada. No sé si este sea el final, que se esperaba; pero si fue el principio, de un final inesperado.
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30/04/2023
“No hay que perder de oído
a la rueca que hila la noche
ni a los ayeres que
escapan de la almohada”
Raúl Renán
Mini cuento
Quería despertar y no podía, me veía recostado en el tálamo. Trasudaba mientras el esfuerzo por incorporarme me imposibilitaba (o no entendía) si los hechos eran reales. Pero me veía ahí inmóvil, recostado, entre esas manos sin rostro. Pero sé que era una mujer, por su voz sensual acariciando mi oído. Seguro estaba, aun en la obscuridad de la habitación, por su piel suave que era una joven, treinta años menor que yo. Aquí en mi ventana, se filtra cada noche un poco de luz, de la iluminación de esta calle donde se encuentra mi casa. Por lo menos a media luz divisaba y de forma confusa sus senos, pequeños pero apetitosos; pero aún no podía moverme, para acariciar aquél cuerpo, mientras sus manos se mezclaban entre mi sudor, al igual era inútil hablarle, me sentía como un mudo atado a un camastro.
Sudaba y sudaba, mientras sus manos rozaban mi vientre, mi sexo, mi pecho. ! Quería agitadamente tomar ese cuerpo ¡Hacerlo mío! Mi pene estaba henchido y desorientado. Entonces entre tanta agitación desperté de súbito, al abrir los ojos me incorporé tembloroso. La almohada estaba húmeda al igual que mi cuello y la espalda.
Lo único que me quedó en duda de este sueño, por lo cual sólo me pregunté ¿Quién era ella la mujer sin rostro qué me acompañó esta noche?
Una viejo pueblo, donde no puede pasar una mosca sin ser vista. Cuartuchos de mala muerte, con techos de lámina, algunos sin ventanas u otros sólo con una cortina simulando la puerta; con su Templo deteriorado que no podría faltar, su cura Don Lucas un hombre de mediana estatura, ya llegando a los 90 años. Pero cada 8 días sin falta celebraba la misa, con poca audiencia, eso aunque no quisiera lo tenía mal humorado. Era chico el pueblo, pero los hombres preferían visitar la casa de mala nota de una puta conocida ya por las mujeres del mismo, pero ninguna le reclamaba a su hombre, ellos preferían mal gastar su poco dinero, con esa ramera la tal Michelle, (ese poco dinero) que les pagaba el dueño de la fábrica que estaba ubicada a fueras del pueblo, el Señor Benjamín – un explotador – pero era un placer estúpido, a fin de cuentas así era todos los viernes, el sábado e inclusive el domingo, se la pasaban con ella que bien apodaban “la Malinche”
Y digo ‘bien apodaban’ porque Octavio Paz en su libro El Laberinto de la Soledad le llamó a la Malinche –hija de la chingada- Y para muchas no era otra cosa más que eso una hija de la chingada. Aguantaban de sus cabrones esas mendigas borracheras de tanto beber y beber cerveza. Entre ellas murmuraban, la idea macabra de acabar con la vida de esa puta. Sobre todo había tres hermanas, que no quitaban el dedo del renglón. Aparentemente muy religiosas, no faltaban el domingo a misa. Pero saliendo del templo, su lengua era tan viperina como su conciencia. Ellas desde la mayor Sophia la iniciadora de todo chisme, el eco como siempre no podía faltar Abigail la más chica; sin menos preciar a la de en medio que era Emily pero las tres juntas eran dinamita. Así inició el alboroto, de aquél olor ya insoportable que provenía de casa de Michelle . Se corrió la voz, de que cabría la posibilidad que ella hubiera matado algún cliente, que no le quiso pagar; lo más extraño, a ella no se le había visto y los maridos de las susodicha estaban en casa el fin de semana a buena hora, jugando a veces dominó o echando la hueva. Una tarde Emily no se quiso quedar con la duda, fue por un mazo y a golpes abrió aquella puerta, era todavía peor aquél aroma de perro muerto, se tapó con un trapo la boca y nariz; al ingresar al domicilio ya mencionado se horrorizó, no podía hablar mucho menos gritar. Afuera, las hermanas y algunos curiosos del pueblo entre ellos el Párroco de la Parroquia. Ella salió del lugar con los ojos desorbitados, carajo le dijo Abigail di algo, traes una cara de pendeja satisfacción. No estoy para bromas dijo Sophia ¡está muerta…! No mames, es en serio, -si dudas entra para qué lo compruebes- no gracias hermanita ahí huele a madres.
No se aflijan, se escuchó una voz lejana entre la muchedumbre, apenas si se distinguía quién era. Ya la policía viene en camino, me tomé la libertad de llamarle. Y cómo fue posible le respondió Alberto uno de los clientes frecuentes de Michelle – si aquí no hay teléfono y la caseta de policía cercana está a 3 horas de aquí- Tiene usted razón, pero yo soy el policía de la zona, Martín su servidor. Le hable a mi comandante por el transmisor de mi patrulla, al comandante William y ya viene en camino. Por lo pronto voy acordonar la zona en lo que mi superior arriba. Una risa burlona no faltó, y fue de quién menos se esperada, del padre Lucas: disculpe mi jefe pero arriba de quién; mire señor Cura no estoy para mofas, quiero decir que en lo que llega al lugar de los hechos.
Por el calor y, el ya intolerable olor de aquella víctima, se fueron alejando más y más del lugar; hasta que sólo quedó aquél policía, quién diera aviso de lo sucedido. Llegaron varias patrullas, de uno esos vehículos descendió el comandante William acompañado del forense Joaquín. Martín donde está el occiso, más bien occisa, cerca de la cocina casi al fondo; ahí está el cuerpo. Se pusieron sus tapabocas el forense y el comandante; abordaron el lugar. Y bien qué me dices, tiene unas marcas en el cuello, como de una cadena. Sin duda fue ahorcada con ella, y por la putrefacción del cuerpo debe tener 3 días ya de su deceso. También otros de la policía, buscaban indicios para ver si fue un suicidio o la habían asesinado. Comandante le dijo uno de los que buscaban algún indicio lo único que se encontró y en su mano derecha fue este escapulario con esta cadena de oro; sí ya la veo y coincide con las marcas en su cuello. También bajo la mesa de la cocina esta tela. Es urgente analicen lo encontrado ahorita, traigan una bolsa negra, para retirar el cuerpo. Sin tardanza se movilizaron, después de varias horas, coincidieron unas huellas dactilares. – Martín estaba consternado- Pero Comandante cómo voy a traer al cura para interrogarlo, tiene 89 años. Lo siento, tenemos que descartarlo, si es qué él no lo hizo, y nos explique él por qué su escapulario estaba en manos de la occisa. Más tarde averiguaré el tema de la tela. Qué espera, irritablemente gritó el Comandante; quiero concluir este caso. Me esperan en casa para cenar. Sí Señor, ahorita voy por él.
En la sala de interrogatorios. ¿Qué hago aquí comandante? Exijo una explicación. Mire Don Lucas, en su Iglesia manda usted. Aquí mando yo. Siéntese y responda unas preguntas, -está bien suéltelas- ¿Reconoce este escapulario? Él dudo unos minutos en responder. Qué espera Padre conteste, -¿lo conoce o no…? No me obligue acusarlo de homicida. Sí es mío, se me había perdido, dónde lo encontraron. Lo tenía en su mano, la mujer que según la investigación forense fue asesinada. Por otro lado, fue ahorcada con una cadena del mismo tamaña de este escapulario. ¡Va…! ahora resulta, que por que aparece mi escapulario en manos de esa mujer, yo tuve que ver con su asesinato. Cálmese Padre no se sulfure, usted comprenda la puerta no fue forzada, si ella abrió, tuvo que ser a alguien conocido, no hay más huellas que las suyas, y están precisamente en este escapulario. Vamos descartando señas que lo involucran, donde estaba usted hace tres días; fue domingo, estaba celebrando la misa de 12 de la tarde como siempre. Después fui a comer a la fonda de doña Licha que está atrás de la Iglesia. Hay quién verifique lo que me ha dicho; ¡claro…! Mis feligreses.
Aguante Padre, no se desespere. Le dejo este vaso de agua. Por otro lado será bueno que vea un abogado, ya que este caso es turbio para usted. Después de interrogar a varios del pueblo y sobre todo a Doña Licha; todas las declaraciones concordaron, en que el padre le tenía coraje a esa mujerzuela, ya que en cada misa había poca audiencia. Por otro lado, la de la fonda ya antes dicha, no abrió ese domingo, estuvo en cama por una infección estomacal. Además estaba aún por esclarecerse el pedazo de tela, que por ende pertenecía a la sotana del Padre, encontrada el día de la investigación bajo la mesa de la cocina. –Entraba el comandante a la sala de interrogatorio acompañado de un policía- ¡hombre! Creí que se habían olvidado de mí. Al contrario es usted quién se va acordar de mí. Frunciendo el ceño preguntó Lucas ¿No entiendo Comandante?
Póngase de pie. ¿Para qué? Qué se ponga de pie carajo, no haga más difícil esto. Tomó aquella tela, y vio que faltaba ese, a media espalda de Lucas. Una prueba contundente, por otro lado la víctima tenía un fuerte golpe en la nuca. Ya no estoy para adivinar, pero sí le diré como estuvieron los hechos: Usted llegó para ofrecer su amistad con la ya nombrada víctima, por lógica ella no le negó la entrada, lo conocía bien; conversaron quizás un rato, pero como usted le tenía coraje porque acaparaba a los hombres del pueblo, con su cáliz le dio un golpe y ella calló desmayada; y le digo esto porque ya verifiqué el cáliz que usted escondió en la urna, y encontramos en él residuos de cabellos de la occisa; Ya basta no siga., el sacerdote arrepentido confesó su culpa, tras de un motivo que para la ley es vago.
Todo fue así, toque ella me abrió, asimismo burlonamente me dijo, padre no me diga que anda urgido, por ser usted le voy hacer una rebaja. Eso me irritó y fue cuando le di el golpe pero sólo se desvaneció; entonces le supliqué que dejara esa vida de pecado y más se reía, sus carcajadas me taladraban y no pude aguantar. Tome el escapulario, apretando su cuello, ella se defendió y rasgó mi sotana. Pero fue más mi fuerza por la ira. Al ver que ya no respiraba, me espanté y salí corriendo. Por desgracia olvidé el escapulario, quién me delató.
Estoy a sus órdenes Comandante.
Sólo una observación Padre, recuerde que nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie. Eso depende de Dios y usted lo sabía; aun así atentó contra el quinto mandamiento ¡NO MATARAS!
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27/05/2023
Estaba indispuesto por aquellos momentos en que ya anochecía, salís con mis compañeros de trabajo del restaurant bar ‘La Ranita’ algunos de ellos ya estaban más tomados que de costumbre no acertábamos a donde ir, ——-quizás——, por la hora tan avanzada de aquél jueves; yo la verdad estaba más vacilante que de costumbre, ya no traía dinero ni para mi pasaje. Camilo sugirió un Table Dance entonces pensé en uno cercano a mi domicilio, -ya suéltalo Martín- medio encabronado gritó Alberto; Alberto era un vigilante de la empresa un tipo alto, fornido, pero mal encarado. Continuamos la plática a media calle, hasta que nos dieron las 11 y media de aquella noche. Estos sólo son recuerdos que viví, en algún momento de mi vida, son imprescindibles porque conmemoran mis dos primeros años de viudo; retornaba a la soltería y al desmadre. ————— ¿dos de qué dijiste?——— cuestión Pablo, al preguntar cómo se llamaba el antedicho Table; es como un juego de baraja, cuando lleguemos a la avenida la Naranja y lo vea solamente diré éste es. Pinche poeta siempre con tus mamadas, inquirió Miguel. Abordamos el único transporte, el de Pablo, nosotros si cupimos en él; yo era de complexión delgada al igual que otros dos compañeros; yo vestía un pantalón de vestir, camisa, corbata, un chaleco negro (que aún conservo) y, saco. Así me presentaba a trabajar en aquél entonces. Sin, embargo llegamos al destino al 10 para las 12, perceptiblemente la desvelada era segura saldríamos el viernes ya de mañana, por lo tanto no me presentaría a trabajar; después de 15 años mi memoria está fresca, cómo olvidar el lugar cuando abordamos a él, la persona de la entrada nos revisó detenidamente nos pidió una identificación, si se fijan el protocolo mexicano no cambia. Ingresamos, al lugar, he de confesarles yo sólo le conocía por fuera como dicen de pasadita; al entrar todo estaba con luz tenue, algunas chamacas ya estaban ocupadas en algunas mesas, supongo que otras estarían en privado. Pero bueno ya estábamos ahí. Los meseros juntaron dos mesas para que estuviéramos mejor, sobre todo por si alguna de esas putas se sentara con nosotros. Una de ellas ya estaba concluyendo su baile exótico en el tubo, ——desnuda y muy bonita—— Alberto la ayudó a descender del tablado, pero cuál fue mi sorpresa que se sentó junto a mí, mandando a la goma a, Alberto. Me dije a mí mismo “Martín Pellízcate” no daba crédito a ello; mucho menos después del beso que depositó en mis labios. De súbito me incorporé y me cambié de mesa tomándola del brazo. Asimismo me le acerqué a Pablo, le pedí prestado, estaba como les comenté, muy bruja, así le invité unas cervezas y… qué les digo todo lo demás sale sobrando—-, salimos del susodicho como a las 4 de la madrugada. Mientras Camilo, Alberto, Pablo y Miguel depravaban sus ímpetus negativos, con otras del lugar, chupando y desenfrenados yo y esa chulada de mujer, nos desahogábamos entre ósculos y caricias. Pero esa trasnoche como dice la canción de Napoleón: “…y se llamaba no sé, nunca lo supe, nunca le pregunté”
Aunque yo si dispuse de su tiempo y su piel. Me percibo sin mancha ante esa noche, porque corté oreja y rabo, para mí fue excitante sentir su mano en mi entrepierna. Sus senos pequeños, su cuello, su sexo, me invitaron a escribir y, escribir desde aquella fecha. Fue una intimidad entre sombras, llegó a su fin aquella aventura, pero no para mí. Me dieron raid a mi casa, hacía frío aquella madrugada. Por lógica eran las cuatro de la mañana, llegué un poco atolondrado. Eran las 4:30, en cuanto puse un pie en el patio de mi domicilio, encendí un cigarrillo, caminé un rato de un lado a otro, al terminar de ingerir el vicio, entré me dirigí al refrigerador, saque un litro de leche, me serví un vaso, tomándomelo con rapidez; acto seguido entre a mi cuarto, me desvestí e ingresé al baño, así me di un buen baño, volví a vestirme formalmente; obviamente ya había dicho que por ser viernes, sobre todo por los acontecimientos que vienen desde la noche anterior quizás no me presentaría a trabajar ——–pero sólo quizás——,¡pero no! Siempre fui formal en ello las parrandas no me impedían faltar a mis labores.
Ese fin de semana, al igual que los siguientes días pensaba en ella. En la suavidad de su piel, la forma tan sensual y sensitiva, de bailar en el tubo. Me masturbe algunas veces o tal vez varias pensando en ella; era una diosa imposible de recrear, tan es así, que en la primer catorcena de ese año, me parece sería en el 2008, separé dinero para volverla a ver; no podía esperar ni el momento ni la hora. Me asignaron una mesa, serían las 10 de la noche, —- ¿qué va a tomar y quiere alguna acompañante?—- preguntó el mesero——una cerveza, pero no, espero a alguien seguramente no ha llegado—-está bien en seguida le traigo su bebida.
Estaba una morena en el tablado de buen ver, senos grandes y nalgas bien formadas; no niego la cruz de mi parroquia, me tenía enajenado mientras tomaba a tragos breves la cerveza; sucedió lo mismo que aquella noche, yo en lo personal no noté su presencia por estar apendejado con aquella morena y, su baile tan erótico; me dijo—-hola—- me plantó un beso; espérame no tarde. Qué puedo decir, el destino es tan extraño, se acordó de mí sin embargo las posibilidades eran nulas, aun así sí me recordó; hago hincapié porque cuantos estarían con ella después de mí. Regresó a la mesa con un bikini que no podría describir, platicamos, rozamos nuestros labios, mis manos se perdían entre sus muslos, quisiera recordar sus ojos eran tan bellos que no puedo dibujarlos. Desde ese entonces con fechas indistintas visitaba el Table. Ya hasta los meseros me conocían, el vigilante de la entrada ni me revisaba, ni me pedía identificación. En pocas palabras era ya cliente frecuente.
Iba ya solo, mis amigos, Camilo, Alberto, Pablo y Miguel ni se enteraron de mis constantes idas, por sentirla me fui enamorando. El tiempo y sus caricias fueron los culpables, pero una noche una de tantas no se presentó. Me atendieron igual, pero ella nunca llegó. Fueron varias ocasiones y otras rameras, con las que abracé mi tristeza. Pero ninguna le llegó a los talones. Me quedó la satisfacción de sus besos y sus caricias; sé que yo también le dejé los míos, las huellas de mis dedos en su piel y un poema sólo para ella que titulé “DESNUDA”
…”Desnuda eras pasible como una madrugada…
Paseo mi mano tibia sobre tu espalda fría (…)”
Le concluía con este pequeño verso:
“Que lo único prohibido es callar el momento”
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06/VIII/2023
Una mañana por primera vez, después de bañarme tuve una erección; tenía miedo de hacer algún ruido, aun sabiendo que mis progenitores habían salido. Estaba de visita mi prima Alma Rosa una mujer muy bella, y qué decir de su cuerpo sólo con verla me excitaba; escuché su voz chillona, desde su habitación retumbaba en el baño –¿Raúl ya vas a salir? – Estaba entretenido con mi miembro, que el escucharla fue tan insignificante, por lo mismo cuando abrió la puerta, ni siquiera se exaltó, sólo sin titubeos sólo me dijo: cuando termines de masturbarte me avisas, yo también quiero ducharme tengo que salir. Mi Madre estaba muy apegada a sus ideas religiosas, era católica, mi Padre por su parte por no contrariarla sólo alentaba su autoridad. Creo que conocí la autosatisfacción, unos meses antes de cumplir los doce años. Fue con un amigo en el baño de la escuela, lo recuerdo como si fuera una película porno, sé de buena fuente que él es gay, lo conocí; mayor que yo, dos años. Todo sucedió de lo más natural estaba meando en el mingitorio del mismo, yo estúpidamente dejé que él me lo sacudiera, al terminar. No sé si fue inocencia o pendejes, pero en definitiva no me gustan los hombres,
Es posible, que en ese instante la debilidad carnal me poseyera. Desde entonces veo videos pornos, a escondidas. Esta necesidad ha ido creciendo con más fuerza, desde que mi prima está en casa, un día entré a su cuarto, ella estaba dormida, me sofocó verla, se acuesta en calzones y sin sostén; esa imagen se me quedó grabada, sin embargo, entiendo nunca me hará caso, además no soy guapo, soy medio feo, -tuve que alejarme en ese momento de su habitación, parecía que se estaba despertando-
Estoy seguro, que sí se dio cuenta, después de ese día su puerta tiene seguro. ¡Bueno Raúl carajo! Se me hace tarde, ya deja de jalártela o, jalatela en tu recámara. Ya voy Alma, cómo chingas. Cuando salía del baño, en esos momentos escuché que se abría la puerta de la entrada, eran mis padres. Iván, mi padre, con voz ronca y seria gritó, ayúdenos a bajar lo del mandado.
-no podemos- respondí. Alma se está bañando y yo me estoy cambiando. ¿O qué quieres que baje desnudo? – No seas majadero- inquirió Sergia mi madre. Pasando ya esa mañana tan agitada, de un sábado sin sol, medio nublado, creo estaba todo en calma. Yo enclaustrado en mi cuarto, tras la computadora terminaba un trabajo de investigación; éste era para subir el promedio en una de las materias. Las otras tareas ya las había concluido. Entró primero un mensaje a mi celular, parecía de WATSAP, por el momento no quise responderlo. Pasados unos minutos entró una llamada, contesté un poco cansado-
-Hola sí quién habla-
-Qué onda güei, tenemos rebe, en casa de Romualdo. –
-Deja ver si me dan chance, y nos vemos allá-
Colgué desconsolado, mi respiración se agitó. Sabía cómo era mi Madre, parece que la escuchaba. – ¿Quiénes son? ¿Seguramente van a tomar o a drogarse? Y luego las muchachitas de ahora libertinas. ¡No…! Definitivamente no vas.
Pensando en todo eso desistí de solicitar el permiso. No sé cómo mis camaradas, los dejan ir a dónde sea, dice mi Padre que es porque les vale madre sus hijos, después se arrepienten cuando sus vástagos, ya delinquieron, o están llorando al lado del féretro de aquél que no supieron cuidar. ¡Va, pamplinas! Le exageran mis viejos. Me escaparé más noche, cuando estén ya dormidos. Y regresaré antes de que amanezca. Todo el plan, de escabullirse estaba muy bien, sus papás tenían el sueño pesado. Lo que no contó fue que Alma esa noche también había salido; para su mala suerte lo vio cuando se iba, entonces, sin pensarlo entró a la casa, un tanto sacada de onda. Subió lentamente las escaleras, al segundo piso donde estaban las recámaras. Titubeo por un momento, no sabía si tocar o no con la finalidad de despertar a sus tíos, pero ya no pudo más y -toc, toc- tocó con fuerza; un tanto soñoliento respondió Iván –quién- yo, tío, ¿puedo pasar? Quién contestó fue Sergia –sí claro, ¿qué pasa?
¿Saben a dónde fue Raúl? ¡Qué! Al unísono fue ese (qué) a la insólita pregunta. No entiendo dijo el tío y los dos igual preguntaron ¿no está en su cuarto? Lo que pasa ahorita que iba llegando, lo vi salir con mucha rapidez, como escapando. ¡Dios mío…! Exclamó Sergia, se le empezaban a colmar los ojos de lágrimas. Angustiada. Cálmate tía, veamos sí dejó su celular, quizás ahí sepamos a donde fue. Vean eso, -dijo Alma Rosa- Mientras me despido de mi novia y vuelvo con ustedes.
Raúl cabrón, pensé que no venías. Qué dijiste, con el pinche ruido no oigo. Olvídalo, ven se está poniendo a toda…, en casa de ese amigo, no había control alguno; la música estridente, las luces como si fuera un antro, la socialización era fluctuante, principalmente por la diferencia de edades. Yo tenía 12, había amigos de 13 a 15. No obstante, el degenere entre mujeres con hombres mayores, desde los 20 a los 30 años. La droga y las cervezas se consumían de una manera impresionante. Ya eran las tres y media de la mañana. Me sentía perdido, no supe en qué momento perdí la noción del tiempo. Pero terminé atrás de la casa, junto a un basurero. Me sentí enfermo, mareado, el cuerpo me dolía, sé que me estaba muriendo. Alcancé a escribir unas líneas a mi madre.
Lo encontré tío, está es la dirección estoy segura. Vamos tenemos que arribar a tiempo, pero eso sí me va a oír. Por favor Iván, en estos momentos mi interés, encontrar a mi hijo; salieron de súbito a esa dirección, era una casa grande, con alberca, un chapoteadero, y cancha de tenis. Sí, que quieren, yo soy el dueño, bueno el hijo de los dueños Romualdo, ¿qué carajos quieren? Mi hijo estuvo en esta fiesta, dónde está. Para empezar ¿quién es su hijo? En eso se escuchó un grito, de una mujer por supuesto aterrador. Ese grito fue de una de las fámulas, que fue a tirar la basura. Corrimos junto con el dueño, ahí estaba él sin vida, con los ojos abiertos y en su mano, aquella nota.
‘Madre perdóname, pero no me arrepiento de esta noche. Sé que te causo un irreparable dolor. Me despi…’ no pudo concluir la carta, pero aquí hay una variante, ella lamentará y sus lágrimas correrán al lado del féretro de su hijo; de ese hijo que quiso vivir una aventura y no volvió a casa.
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16/II/2025